El legado de la industrialización y el consecuente sistema educativo, no ha cesado de crear estudiantes obedientes, complacientes y satisfechos para que encajen es esos puestos de trabajo donde seguir las instrucciones de alguien por encima, y esto sorprendentemente, cada vez se hacía más escalable.
Cuando la vida es corta y brutal y cuando las clases triunfan sobre todo, los cuentos de hada se basan en todo lo que creemos que tenemos derecho. La revolución industrial creó un tipo de resultado diferente al que estábamos acostumbrados, quizá en su momento pudo funcionar. Ahora ya no.
Una economía estancada necesita más locos, disruptores, intentadores, constructores, creadores, inventores, científicos, exploradores, aventureros, artistas y gente dispuesta a cuestionar lo que hemos estado haciendo hasta ahora. Porque esas serán las personas que abrirán las puertas por otros.
Hay que cambiar lo que tenemos, porque hemos cambiado lo que necesitamos.
3 comentarios
«Hay que cambiar lo que tenemos, porque hemos cambiado lo que necesitamos». Eso es. La experiencia de los padres de la industrialización y sus consejos nos valen a medias: el juego ha cambiado tanto…
Hay que crear un nuevo cuento de hadas, un nuevo set de preguntas y expectativas, nuevos caminos y nuevas formas de pensar y actuar.