Ve y haz marketing. Te encontrarás a un puñado de profesionales, agencias y negocios esperando vender su producto, llegar a más personas que compren. Vamos a la parte fácil, deteriorada y poco valiosa de todo lo que podemos llegar a hacer si lo comparamos con el marketing de impacto.
Me choca todas las veces que no vemos que estamos haciendo marketing.
Cuando ayudas a alguien que no tiene recursos, porque esa ayuda transforma.
Donas a una causa que defiendes y sientes, porque tu gesto cambiará las cosas.
Compartes lo mejor de ti enseñando una habilidad a gente desconocida, porque al hacerlo estás creando movimiento.
Cuando emprendes un proyecto que soluciona un problema, porque te preocupas por impactar en lo que importa.
Dices «no» a cosas que no están en sintonía con tus valores, porque no podrías vivir de otra forma.
Te quedas tres horas más en la oficina a acabar la presentación para el cliente, porque sabes que es importante para él.
Cuando ves lo que antes no veías, porque actuarás de una manera distinta hasta la fecha.
Creas algo de lo cual desconoces su resultado, porque te enamoras del proceso, no de lo que dirán cuando estuviera creado.
Te mueves de forma incesante por cosas que no tienen un retorno económico, pero sí emocional.
Vendes no por el mero retorno, sino por lo que podrías despertar en la otra parte.
Cuando mantienes un compromiso que cualquiera decide romper, que hasta rompen y en el cual incluso acabas solo, porque tú no romperás esa promesa.
La meta es importante, pero el cómo llegar y qué haces mientras llegas lo es más, porque estarás viviendo un gran final desde que empieces.
El marketing de impacto impregna todo
El marketing que conoces solo está en unos cuántos sitios que también conoces, publicidad, comunicar, vender, negocios, empresa, etc. Además de manifestarse de la forma que ya sabes. En cambio el marketing de impacto lo cubre todo, está representado en cualquier acto de generosidad, apreciación, perseverancia, valía, virtud y utilidad.
Es ese tipo de marketing al que he decidido dedicarme el resto de mi vida en la multitud de formas que se presente. De esa forma, nunca más tendré que preocuparme por qué es lo que estoy haciendo, si tiene sentido, o no, siempre y que sea marketing de impacto, será el camino. Ya sea en personas en desempleo, PYMES, emprendedores, directivos, líderes, autónomos, grandes empresas, startups, tribus, chavales sin recursos. Y por supuesto en y como no, en mí mismo.
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