Muy frecuentemente escuchamos a personas de nuestro entorno, jefes, compañeros de clase, colegas de trabajo, expertos de la industria, rockstars o incluso familiares decir que hay que ser diferentes, creativos, ir a contracorriente, innovadores, usar social media, vender online o conectar con tu comunidad, permanecer humano, etc. Todo eso está francamente muy bien, actitud, voluntad y proactividad ante todo. Pero… ¿y luego? ¿qué vamos a hacer después de todo esto?
Buscando la varita mágica
En realidad lo que necesitamos para salir a la superficie de esta nueva economía disruptiva y conectada, no son los consejos, recomendaciones o sermones de otros sobre lo que deberíamos hacer o no hacer. Lo que necesitamos, es hacerlo – permíteme explicarme un poco mejor – es dar un paso al frente y colocarnos en la línea de fuego, vivir en la incertidumbre de navegar sin mapa, trabajar en aquello que podría no funcionar, empujar el trabajo intelectual más allá del de factoría, interrumpir el ritmo normal de las cosas y dar una nueva definición a la palabra improbable. Empujar a los profesores y si eso resulta difícil, empujarte a ti mismo y a los demás, levantar esa barrera que el jefe no levanta, crear momentos vulnerables que nos expongan al riesgo terrorífico de fallar o construir aquello por lo que te recordarán cuando no estés aquí. Nos pasamos la vida buscando la varita mágica, pero olvidamos que está todo el tiempo en nuestras manos. Todo lo que sucede es fruto del conflicto entre nuestra mente y lo que sale ahí fuera.
Nuevo combustible
Extraño es ver a personas que hacen que las ideas se conviertan en realidad, personas que empiezan, que tomaron la decisión de liderar, colisionar, iniciar o lanzar. Eso es extraño y lo extraño es escaso y lo escaso genera valor.
Este es precisamente el combustible que necesitamos para cambiar las cosas a mejor.
Vamos, ve
Supongo que es fácil reaccionar a la bandeja de entrada de tu email, trabajar en una lista de tareas o en imaginar lo siguiente que tu jefe quiere que hagas. Es más productivo, creo, decidir dónde quieres ir y entonces ir. Y el poder y bajo coste de las herramientas online lo hacen más fácil que nunca.
La diferencia entre hacerlo y no hacerlo está en la simple idea de la postura que adoptes. ¿Qué dirías si tuvieras que hablar enfrente de 5.000 personas impacientes por escucharte? ¿qué haces cuando ves algo que necesita ser hecho?
Pregúntate «¿y después?» ese es el cambio. Dar un vistazo a un mundo de oportunidades y elegir una. El mundo se toma, no se otorga.
(Este pensamiento es fruto de reflexiones sobre mi intervención en el próximo EBEDominicana.)
Photo credit: sitemarca.
2 comentarios
Aviso : Tienes una errata (falta de ortografía) de las gordas, es para que la corrijas 🙂
Gracias por el feedback, corregido y anotado en la lista, un buen aprendizaje. Gracias.