¿Por qué queremos estar saltando continuamente en la cama (cocina, probadores, lavabos o coche) de otras mujeres / hombres? No por degeneración ni aburrimiento, sino porque en realidad, en lo más profundo de nuestro ser, nos sentimos solos. El sexo es el epítome de la conexión, la aceptación y la confianza en uno mismo. Estas cosas eróticas / sexuales que a menudo catalogamos como “sucias”, “inconcebibles” o “dañinas” que a menudo perseguimos, son tan excitantes porque las leemos como pruebas de una afección abierta, de la cual en nuestras vidas ordinarias no gozamos mucho. Esto en esencia, es el tabú del amor.
De forma ideal, no seríamos menos lujuriosos, seríamos claros sobre lo que genuinamente necesitamos del sexo y de la otra parte: lo cual es la aceptación y compasión de nuestro desorden emocional, complejidad aleatoria y complejos (de inferioridad en muchos casos)
Si cumplimos este pecado capital, la lujuria, por lo menos que sea bien entendido.
Un experimento social sobre el tabú del amor
¿Amas? ¿Eres amado? ¿Amas y eres amada?
Te planteo una actividad que me gustaría probar. Un pequeño experimento social en el que pienso que sería genial tener tu input, porque sería muy interesante conocer tu experiencia.
El tabú del amor es una actividad colaborativa: que tú, mi lector o lectora, elijas y compartas, tu propia visión de pasión, complicidad, desenfreno, sexo, magia y ‘pérdida de cabeza’ por el otro. ¿Qué opinas de todo este lío del amor que envuelve todos esos temas tabús que muy a menudo guardamos para nosotros mismos? Puedes compartir esa experiencia en los comentarios de este post o vía email a connect(arroba)isragarcia.com.
Es un tema potente y a la vez tabú. Del que no se habla con normalidad y parece que nunca es el momento de hacerlo. Igual que a mí me encantaría dar voz a lo que sentí en el antes, durante y después de una relación maravillosa, hay muchos otros que quizá quieran participar compartiendo su vivencia. El objetivo es conectar con más personas. Conectar más puntos de vista. Entonces más puntos a conectar.
Una vivencia amorosa, corta o larga, maravillosa o dramática, intensa o relajada. Algo personal, impactante y que conecte con personas que, como tú y como yo, pasan por lo mismo cada día.
Es una gran responsabilidad, pero es el momento de hacerlo, de hacerlo realmente bien.
Porque gracias a este tipo de experimentos sociales podremos encontrar hueco donde los sentimientos de relaciones pasadas, encuentran su misión para las futuras. Esto además será útil para uno de mis próximos proyectos. Ayudará a encontrar un mejor enfoque y yo te lo agradeceré.
¿Participas? ¿Cuál es tu testimonio?
Atribución imagen: summer goes on.
4 comentarios
Yo nunca hablaría de algo tan íntimo para mi en los comentarios de un post que es público. Si quisieras mi opinión y saber cuál ha sido mi experiencia hablaría contigo de ello en privado, en persona. Me parece muy interesante la propuesta para desmontar mitos y prejuicios como ese de que solo te puedes enamorar de personas con las que te has acostado o que uno solo se enamora una vez en la vida. La educación sentimental es uno de los temas más complejos que conozco. Me interesa mucho ver las respuestas de las/los valientes. Gracias
Pienso que la definición del amor depende mucho de las experiencias que has tenido y la educacion que te dieron en tu casa, para mi el amor pareja es cuando conoces a alguien que cuando estas con esa persona no paras de vivir momentos de felicidad, complicidad que te llenen de alegría y energía así como apoyo en tiempos difíciles.
Antes que nada, gracias por la oportunidad, me encantó la iniciativa! Me quedó algo largo, pero quería compartirlo por acá, creo que no hay que tener miedo a abrirse y ser vulnerable.
El amor, a mi entender, empieza por uno mismo, uno no puede dar lo que no tiene, si uno no se conoce, no sabe qué tiene para dar, no se ama, no se cuida, no disfruta de su propia compañía, no puede pretender que otro lo haga en su lugar..nada de medias naranjas que completan, cada uno es una “naranja completa”, que se complementa con otra.
¿Cómo surge el amor?, ¿por qué uno se enamora de alguien?, son preguntas que me generan curiosidad, y no sé responderlas (o no quiero, para no quitarle la “espontaneidad”). Si sé lo que se siente cuando te enamorás, en un segundo, con una mirada, un leve roce, se despierta una corriente eléctrica que recorre todo el cuerpo, es como si todos los sentidos se estimulan a la vez y hay un cortocircuito. Esa confusión, sumada a la adrenalina, es una mezcla adictiva, excitante y a la vez, genera miedo. El cruzar esa barrera de miedo a lo desconocido, es para mi, el primer paso para transitar el enamoramiento y encaminarse (si se quiere) al amor. Muchas veces nos transformamos en adictos al enamoramiento, la parte “fácil” (o ideal) del amor..
El amor, es darse, va más allá del sentimiento, se demuestra, se trabaja, se sale de uno mismo para ir al encuentro del otro, para ser, CON el otro.
Es ser feliz con el otro, ayudarlo a que se supere, es crecer juntos, es saber recibir y dejarse amar también. Es ser cómplices, confidentes, amantes.
Amar es acariciar en el lugar y momento justo, es dar un abrazo “porque sí” y besar de manera inesperada, es un fin de semana de desenfreno y hacer el amor una y mil veces. Es también secar lágrimas, escuchar y acompañar en silencio. Es esa extraña conexión en la que conocés hasta los pensamientos del otro, es corregir cariñosamente, es dejar ser al otro, darle su espacio, respetar sus tiempos y silencios.
Amar es aceptar defectos (ajenos y propios), es decirlos y reconocerlos, no condenarlos, es saber que ambos somos perfectos en la imperfección e iluminamos las fortalezas del otro y acariciamos debilidades. Es ser humilde para pedir perdón y ayuda, es compartir la vida, con sus alegrías y tristezas, es descubrirse y sorprenderse.
Es volver a elegir todos los días a la misma persona (a pesar de todo), trabajar ese amor, y comprometerse para dedicarle su tiempo y energía. Es permanecer a su lado, aún cuando duela, cuando esté en su peor momento, porque uno conoce su mejor versión. Es saltar de alegría cuando hay una buena noticia y fundirse en un abrazo que abrigue el alma cuando algo sale mal. Es proyectar, caminar, y hacer juntos, cada uno con su fuerza, su sello, su potencia y pasión, con la misma meta, hacia el mismo horizonte. Es volver a sentir la misma electricidad que el primer día, cuando sus dedos recorren tu piel. Es festejar, porque sí, porque estamos vivos, juntos, es ser uno con el otro.
Sofía, agradecido por tu testimonio y por compartirlo así a lo valiente, dice mucho de ti. Sigo aprendiendo, gracias a ti en esta ocasión.