En cada programa de excelencia que he impartido, de momento van cinco, ha abandonado alguien. A medida que voy avanzando, van abandonando más personas ¿la razón principal? La contundencia va aumentando. Lo que significa que los resultados transformadores e impactantes también. He analizado lo que ocurre… Es el temor a confrontar la realidad que nos atormenta.

No resistimos la presión de someternos a la verdad que nos atemoriza.

Huimos de ese llamado “miedo” que tanto nos persigue.

No estamos dispuestos a enfrentarnos a la peor versión de nosotros mismos.

Escapamos de confrontar la idea de que el bloqueo no existe.

No queremos ver lo que nos dejaría desnudos ante el mundo.

Queremos cambio, pero que sea de forma fácil, sencilla, rápida y no duela.

No aceptamos nuestras creencias limitantes.

Rechazamos el dolor pero queremos el máximo placer posible.

No queremos ser vistos como débiles o frágiles.

Tenemos temor a confrontar nuestro lado oscuro, en público o en privado.

Negamos la idea de que podamos crear nuestra propia vida, porque eso nos haría estar en una posición de ataque e iniciativa.

Damos explicaciones para justificar que merecemos estar la situación en la que estamos, y nadie puede sacarnos de ahí.

Preferimos la soledad para no tener que lanzarnos a la posibilidad de no ser amados o no recibir lo que nos gustaría obtener.

Nos escondemos detrás de la depresión para no tener que hacer lo que en el fondo sabemos que hay que hacer para salir de ella.

Seguimos nadando en el mar de perfección esperando a que la oportunidad ideal llegue.

No profundizamos porque hacerlo contemplaría quedar en evidencia al no saber, o no poder.

Buscamos la solución externa, así podremos echarle la culpa a alguien si nos equivocamos al aplicarlo.

Sacamos la queja o excusa a pasear cada vez que algo amenaza nuestro statu quo. 

Es el temor a confrontar

Qué curioso, todo lo que nos transforma es todo lo que intentamos boicotear.

Es fascinante todo lo que se puede aprender cuando estés dispuesto a vaciarte por los demás. Es en ese choque de emociones donde ocurre el impacto que cambia comportamientos, mentalidad, actitud y resultado.

La clave no está en el resultado (incontrolable), la clave está en la acción (controlable), si centras tu esfuerzo en esto último, a medio/largo plazo, desaparecerá el temor a confrontar tu propia verdad.