La fortaleza mental es muy distinta a la motivación, resiliencia o determinación.
¿Por qué? Porque si ahora mismo te digo que en 20 días vamos a hacer un triatlón, y dices «venga, acepto el desafío» y entonces te motivas, te enciendes, tienes ganas y decides hacerlo. Entonces digo vamos a empezar mañana mismo, en pie a las 4:30am y a entrenar de 5am a 7am todos los días, de lunes a sábado. Acordamos que así será. Y llega mañana, suena el despertador a las cuatro y media, hace frío, está oscuro, la cama está caliente, no hay razones para levantarse tan temprano.
Es bastante complicado estar motivado a esa hora. Quizá lo hagas dos o tres días seguidos, pero ¿día tras día? ¿Y aparecer siempre? ¿Sin fallar? Eso se llama fortaleza mental.
Es ese tipo de fortaleza a la que no le importa si está oscuro, mojado, nevado, frío, no hay razones o es injusto, porque va a hacerlo igualmente.
Entrena tu mente, constantemente
Para hacer cosas que te hacen sentir incómodo. Esa es la única forma de crear esta mentalidad irrompible, que cuando las cosas se compliquen, algo que sucederá, no te esconderás, no abandonarás, atacarás de frente con todo lo que tienes.
La única forma que conozco de potenciar tu fortaleza mental, que es como un músculo, es hacer cosas que no te gusten, no sepas hacer y no te hagan sentir nada cómodo.
Cuando haces cosas que cuestan, cada día, sea vender puerta a puerta, buscar trabajo cuando todos te dicen no, intentar dominar algo para lo que no estás hecho… Cuando haces algo así, estás saltando a otro tipo de juego, a un nivel distinto a la mayoría. Porque estás llevándote a un lugar que implica movimiento incómodo, cuando llegas ahí, nunca dejarás de crecer, mientras sigas bailando entre la incomodidad. La razón, estás cambiando continuamente tu modus operandi, esto cruje al cerebro reptiliano.
Empújate, Desafíate. Desátate.
Incómodo en lo cómodo = fortaleza mental
Son esas pequeñas decisiones que haces cada día, tan pequeñas como parecen, las que crean el entorno en tu mente que dicta qué es aquello en lo que te estás convirtiendo.
¿Finisher? ¿Perdedor? ¿Ganador? ¿Qué eres?
Cada vez que tengas que tomar una decisión, recuerda cómo esa decisión te va a hacer sentir mañana.
¿Quieres abandonar el hábito de comer saludable por comer comida basura? ¿O el entrenamiento para el triatlón? ¿O el aprendizaje de esta nueva habilidad que necesitas para tu nuevo proyecto? ¿Abandonar la búsqueda de inversores? ¿Dejar a un lado trabajar en tu sueño cada día?
Genial, hazlo, pero piensa antes cómo te sentirás mañana al hacerlo.
Crea superhábitos, crea rituales ganadores, crea la mentalidad apropiada a través de la fortaleza mental. Esa es la fórmula.
Todo va sobre estar incómodo en medio de la comodidad.
Ahí está la libertad real.