¿Piensas que cualquiera de los que consideras los más grandes no tuvieron que hacer lo que odiaban pensando que les gustaba? La mayoría de esos que se han convertido en iconos eran los primeros en llegar y últimos en irse. Los “clase mundial” son los que más entrenan. Aquellos que marcan la diferencia son los que se desafían de forma salvaje. Los disruptores son los que colocan en la posición más incómoda que existe. La vida me ha enseñado que si quiero ir más allá, tendré que hacer un sacrificio que no me gustará. Tendré que hacer lo que odio como si lo amase.
Hacer lo que odio
Después del experimento Vida Estoica, que empezó en noviembre y acabó hace unas semanas, hoy empiezo el primer experimento del año. Voy a comprobar cómo me siento, cómo actúo, cómo me comporto y cómo pienso antes, durante y después de hacer lo que odio hacer durante 20 días seguidos.
Esta es la hipótesis: hacer lo que no me gusta ha sido el propulsor durante una buena parte de mi vida. He crecido cada vez que he hecho lo que no me ha apetecido. Mi ventaja competitiva a día de hoy es que soy capaz de hacer lo que odio como si lo amase hasta que deje de respirar. Así que ahora voy a experimentar qué es lo que sucede cuando lo haces con toda la intención. Creo que esto podría empujar mi autodisciplina mucho más allá, así como mi resiliencia, lo veo como un gran entrenamiento contra la parte saboteadora, perezosa, mediocre y débil de mi mente. Es una forma de ejercitar mis emociones a no tener el control. En parte, es un experimento bastante estoico, podría ser considerado como una práctica de sufrimiento planificado.
Por qué ir en contra de mí mismo
Quiero saber qué cambia en mí cuando me enfrento a lo que me causa rechazo, a lo que no me gusta, a lo que me crispa y trato de ignorar. Es por eso que, a partir de hoy estaré exponiéndome a hacer lo que odio, no me gusta, no me resuena, no quiero o no me apetece hacer.
Así que aquí estoy, una vez más, dispuesto a probarlo en primera persona, hoy empiezo a hacer lo que odio como estilo de vida experimental durante 20 días. Haré seguimiento cualitativo y cuantitativo, monitorizaré las acciones que llevo a cabo, grabaré vídeos y aceptaré lo que venga.
Vamos a ello.
Actualización: aquí los resultados del final del experimento.
Atribución imagen: The Gardens of Babylon.