Debido a un proyecto en el que trabajó para 2017, estos últimos meses estoy depositando un interés especial a las conversaciones sobre hombres que mantengo con mujeres, y sobre todo en aquellas interacciones en las que permanezco como espectador entre dos o tres mujeres, o entre una pareja o matrimonio, o entre un grupo de amigos por ejemplo. De todo lo que he observado y aprendido, lo que más me ha llamado la atención ha sido el comportamiento y trato de nosotros, – los hombres – con y hacia las mujeres. En la mayoría de las ocasiones hemos obtenido una nota bastante pobre, no sólo pobre, diría que nefasta y lamentable. Y no me refiero al cuchicheo o crítica por diversión, hablo de actitudes impropias de una persona que ama, respeta y siente una maravillosa debilidad por la otra, en el caso que aquí abordó, de hombre a mujer.
Hombres, ¿qué es lo que estamos haciendo?
¿En qué pensamos cuando infravaloramos a una mujer? No voy a hacer referencia al machismo, esto es fácil. Infravaloras a una mujer cuando no cuentas con ella como contarías con tu mejor amigo. Cuando crees que el único que puede ayudarte es tu mentor. Cuando el problema que tienes solo puede solucionarlo el blog de Tim Ferris, tratar de explicárselo a ella sería una perdida de tiempo. Creo, firmemente, que dejamos escapar el potencial de una mujer cuando no hacemos equipo con ella.
Propósito ante prejuicios
Cuando te encuentras con una mujer que se asombra porque pasas antes que ella y abres la puerta, no es que sea una clase de machismo, parece más respeto y apreciación. Muchos pueden llamar esto una actitud clasista, poco apropiada para los tiempos que vivimos. No hablo de estar haciéndote cargo de sus compras, caprichos o cualquier viaje o comida que hagáis juntos. Hablo de elegancia, de presencia, de encontrar la mejor situación para tener un detalle de importancia y de cariño. No va sobre el dinero, o sobre quien lo hace, va sobre el propósito (como casi cualquier cosa en la vida)
Entrega y disfruta
¿Está tan mal tratar a una mujer como te gustaría que te trataran a ti como hombre? Eso que justamente quieres recibir – lo que sea – es precisamente lo que tu podrías entregar primero. Sería interesante y apropiado que no generaras la misma expectativa de retorno, porque muy a menudo no viene en la forma que esperas, sino en otra muestra de afecto, admiración o generosidad. Y si no funciona, sigue dando, un día se da cuenta de lo que mereces la pena.
Golfo o calzonazos
La técnica de ser un golfo (cómo la contraria, ser lo que denominan un “calzonazos”) tampoco sirve – ninguna de las dos. La primera porque esto no es más que una forma encubierta de mostrar tus inseguridades, complejos y frustraciones, fantasmas del pasado proyectados en el presente, algo bastante triste y poco admirable. Excepto por tus colegas en el grupo de whatsapp, seguro que aplauden, bravo. La segunda, porque dar tanto a otra persona significa quitarte mucho a ti mismo, y eso amigos, no es recomendable. Estar ahí siempre, sí, estar de cualquier manera sin ser valorado ni recompensado, ni en sueños. Es bueno vivir en paz con tu pareja, sí, claro, si esto significa ceder por ambas partes, si finalmente siempre acabas tú soltando la cuerda para que la otra persona venza, el interés acabará pronto. Y con él todo lo demás.
Deja de machacar
Me martiriza la cantidad de cretinos que machacan psicológicamente (no quiero entra en físicamente, esto ya sería mucho más crítico) a sus parejas porque en realidad son mejores, más valientes, más fuertes, más inteligentes y más audaces que ellos. La peor parte es que ellos se dan cuenta y ellas probablemente no, esa es la razón por la cual sigue dejándose arrollar. Qué gran sensación cuando encuentras a alguien mejor que tú, alguien de la que aprender y con la que crecer. Qué bueno admirar (no “endiosar”) a la persona con la que duermes cada día. Qué fantástico impulsar los sueños de la persona con la que sueles desayunar o compartir intimidades. Qué placer saborear el éxito de la mujer con la que estás casado. Dicen que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, pero ¿y detrás de una grandísima mujer? ¿Qué hay detrás? Dímelo tú.
¿Aplica a la inversa?
Lo sé, esto podría perfectamente tener una réplica a las mujeres, pero eso sería otra historia y otro post. No, no te voy a quitar el gusto de pensarlo
Limitaciones
Es posible que el retorno en forma de comportamiento, actitud o acciones de esos hombres hacia esas mujeres sea fruto del retorno de esa mujer hacia el hombre. Es posible. Es posible que esté sesgado por mi forma de entender y vivir una relación. Es posible. Es posible que no estés del todo de acuerdo conmigo (¿quién lo iba a estar?) es posible. Aquí cuento la parte de la historia que veo y casi siempre coincide con la realidad. Aunque es posible que no acierte el cien por cien de las veces.
¿Es este un post sobre marketing, liderazgo, innovación disruptiva, nueva economía, productividad, transformación digital o lifestyle? ¿A quién le importa? Escribo sobre el conflicto entre mi mente y el mundo de ahí afuera.
Photo credit: Jason Devaun.
10 comentarios
Wow! Me ha encantado la manera en como describes el asunto. Existen algunos hombres que a pesar de tener a sus compañeras obvian el hecho de que también eso las convierte en sus cómplices.
¡Olé querido! Qué gran post… lo es porque existe una necesidad de mostrar una alternativa al comportamiento machista y misógino que aparece en los medios… tú sabes… y finalmente son esas cuestiones la que los hombres reproducimos, cierto?
Me anda pasando algo curioso con las mujeres últimamente… las ando abordando en la calle… sin más intenciones que charlar… y luego ellas me cuentan cuánto valoran eso… y qué tan perdidos estamos (los hombres)…
así que genial que abordes el tema, me ganaste de mano! jajaj =)
te sigo y aprendo, pronto publicaré un preview de la entrevista que hicimos y me animaste a contar en mi blog para mi comunidad uno de esos momentos bajos…
«los peores momentos son las mejores oportunidades» dijiste y se me quedó grabado.
siento realmente el aplazo de la gran hazaña chile, pero ánimos. abrazo grande
w
ps: estoy probando un experimento de 30 días sin internet en mi casa… no sabes cuánto tiempo productivo tengo ahora, no paro de escribir y componer…
Aunque ultimamente te leo de higos a brevas, de pronto siempre aterrizo en tus post más oportunos para mí. Muy buen tema y cuanto da de sí…
Que interesante sería poder comentar el post en profundidad.
A tu pregunta de «Hombres ¿Que estamos haciendo?»
Yo respondería, intentar mantener un control, un poder, un liderazgo, una autoridad….( por llamar de diferentes formas a «una superioridad») sobre las mujeres.
Esto de que por naturaleza el macho tiende a querer reproducir la especie por donde pueda y le dejen. De ahí asegurarse de tener a buen recaudo y control, la hembra conseguida y seguir compitiendo con machos y cortejando hembras para asegurarse una prolífera descendencia.
Quizás la pregunta debería haber sido «Hombres ¿ Que os habéis creído u os han hecho creer?»
Porque quizás el origen haya sido la asignación de actitudes y aptitudes , en función de las diferencias fisicas y emocionales.
Una confusión garrafal , porque no hay correlación lógica, son parametros combinables hasta el infinito y más allá , y ahí tenemos el caos que tenemos.
Las emociones, la fuerza, la velocidad, la agresividad, perspicacia, empatía, umbrales de dolor, etc, son terrenos en el que tanto hombres y mujeres nos movemos en mayor o menor grado. Al igual que las Inteligencias Múltiples tan de boga ahora, los tenemos en mayor o menor medidas, y hay que sacarle el provecho que corresponda, y buscar apoyo o ayuda si andamos cortos en algo.
Sin juicios, ni valoraciones, es que todos somos diferentes únicos y especiales. Millones de posibilidades gracias a dios.
Se que es muy tópico, lo sé.
Pero ¿como vamos a querer erradicar otras desigualdades y discriminaciones y diferencias en cuanto a personas especiales, razas, culturas, etc….si ni siquiera aceptamos poner en un mismo plano a mujeres y hombres.
Siempre habrá tendencia a jerarquizar en lugar de cooperar. Por desgracia.
Es lo que creo, no sé, más de uno tenemos conflicto perpetuo entre mente y mundo.
Un saludito y siento haberme extendido casi tanto como tu post.
:*)
1. Todo es modificable.
2. Si «abordas» una mujer en la calle en España te mete preso. Ja.
3. Preview: genial, fue interesante, creo.
4. LGH: volvemos en febrero.
5. Experimentar es maravilloso.
Exacto Saty.
Jajajaj si estás soltero te recomiendo probar esto del abordaje SALIENDOSE de los tipicos lugares, uno descubre tanto!
che, lo que me olvidé de dejarte dicho, es que contás con un hombre más aquí en santiago… cualquier cosa que necesites, si hay que averiguar algo, o producción, o lo que sea, teneme en cuenta que tengo tiempo y ganas de colaborar, eso nomas.
abrazo
Gracias Ana Grarcí-Diego Gómez, por invitarme a participar ¡
Lo cierto es que yo nunca he tenido demasiados problemas en mis relaciones con los hombres, ya sean laborales, personales ó sentimentales .
He tenido la enorme suerte de coincidir con seres humanos fantásticos , que han sabido entenderme y adaptarse, que es justo lo que se necesita para entablar relaciones sanas y fructíferas y duraderas.
Quizá es consecuencia de mi carácter : demasiado fuerte e independiente , de esos que se imponen por naturaleza y a los que te ves empujado a seguir, y que ando siempre intentando doblegar. El imponerte por sistema suele caer mal a la mayoría, y no es que pretenda caerle bien a todo el mundo , pero tampoco es cuestión de hacer enemigos allá por dónde pisas .
No soy ni mucho menos feminista , y el tema de la tan nombrada paridad incluso me sienta mal : ciudadanos y ciudadanas¡ POR DIOS ¡¡¡¡, a dónde vamos a llegar con los puntos y las comas……
Con referencia a lo que me gusta del sexo opuesto ,de manera muy generalizada, prefiero a los hombres bien educados , que te ceden el paso , te abren las puertas y te retiran la silla, incluso os doy el pie para hacerlo , quedandome parada delante de una puerta para que me la abráis. Qué le vamos a hacer, soy así.
Pero no por eso se me caen los anillos, y acompaño a todos y cada uno de mis clientes a la puerta, se la abro y la sujeto mientras salen, llamadme antigua o demasiado formal , pero me gusta que la gente se sienta en casa y bien atendidos. Debe ser cuestión de educación, no lo sé.
El tema de pagar la cuenta, depende .
Si estamos entre amigos, pagar a medias es lo correcto .
Si eres un cliente y estás en «mi territorio», pago yo .
Normalmente pago yo , aunque cuando no creo que es el momento , ni la zona, o me parece que debe pagar el cliente , me sienta mal , y os pongo un ejemplo :
….hace unos días recogi a un cliente en su casa, para ver unas propiedades que queria poner a la venta, fuimos peregrinando por distintas localidades cercanas, y en un momento dado sentí la necesidad de ir al baño, así que le pregunté dónde podíamos tomar un refresco (tras tres horas de paseito en coche, conduciendo yo). Paramos en un restaurante, y en la barra pedimos un par de refrescos, que el Señor dejó que pagara yo¡¡¡ Ufff, me sentó fatal , completamente descortés, y que sólo me demostró que este hombre no estaba a la altura ni mucho menos. Llevo toda la mañana trabajando para tí, sin cobrarte , y encima pago yo la ridiculez de dos euros ? VAMOS HOMBRE¡¡
Cuando la historia es diferente y se trata de salir a cenar, o a lo que sea en una cita romántica, prefiero que pague mi acompañante, y que me propongan que paguemos a medias, supone no volver a ver a esa persona nunca más. Si no puedes pagar la cuenta de una cena a la que me has invitado, NO ME INVITES¡ Vamos, digo yo ¡ Porque evidentemente si soy yo la que invita a salir, ni se me ocurre decir que paguéis la mitad¡
En fin , que esa es mi opinión , no creo que haya problemas en las relaciones, ni que a nadie le ocurra nada, ni que el mundo vaya cuesta abajo y sin frenos, es solo cuestión de seguridad en quién eres y qué quieres, no hay más.
Isabel J.
Gracias por el ofrecimiento y recomendación.
«Es solo cuestión de seguridad en quién eres y qué quieres, no hay más.» – Eso es Isabel, gracias por tu aportación.