Te conviertes en la historia que te cuentas.
Te vuelves el pensamiento que te crees.
Actúas como te sugestionas.
Y acabas sintiendo todo lo que no quieres aceptar para dejar salir.
Todo viene de lo que en esencia crees sobre ti, y por ende, sobre el resto.
La confianza viene de la confianza en ti mismo
Si crees que no confías, pues no confías, y en cada momento ves la ocasión perfecta para no confiar, la cual además reafirmas en cada momento que las cosas se tuercen. “Es que cuesta confiar”, es en realidad, “no confío en mí mismo lo suficiente como para confiar aunque me la jueguen”.
Y es que la vida te va a mostrar todo lo que tienes que ver, todo. Y dentro de todo está encontrarte con tu más profunda angustia, con tu peor miedo, con tu mayor frustración, con tu grandísimo enemigo y con la limitación más aplastante. Por supuesto que lo contrario también ocurrirá, pero cuando lo hagas tú no prestarás mucha atención, lo asumirás como si de un evento cotidiano se tratase.
En realidad es rutinario, claro, igual de habitual que un día despertar en medio de la noche y no poder conciliar el sueño, porque alguna chatarra mental ha decidido mostrarse en ese momento.
8 elementos que destrozan la confianza
La cuestión que corroe la confianza en ti mismo viene porque se da uno, varios o todos los casos siguientes:
- Pensamos demasiado.
- Seguimos pensando demasiado.
- Nos preocupamos por pensar demasiado.
- Nos preocupamos por preocuparnos.
- Damos nocilla – en cantidades industriales – a la historia irreal que se narra en nuestra mente.
- Avivamos el fuego del miedo cada vez que verbalizamos esa tremenda falta de confianza en nosotros mismos.
- Nos creemos débiles de carácter y por lo tanto nos mostramos débiles de personalidad.
- Nos olvidamos de recordarnos que no sabemos lo suficiente como para creer saber tanto sobre esta nueva condición o estado.
Cuando cuento algo así, no es porque me inspiro en la basura interestelar de otros, sino porque lidero con el ejemplo buceando a través de lo que podría parecer como la porquería más profunda de todo lo que he vivido, pero que en realidad, es la belleza de lo que representa intentar vivir como un ser humano.
Cuestión de perspectiva, y aceptación radical.
Atribución imagen: Gunn Shots.