Esta es una historia personal sobre elegirte a ti mismo:
Manchester. Tenía 24 años, estaba completamente perdido. Un día lluvioso (que sorpresa, es Manchester) salía de un hotel, de entregar CVs, era el hotel número 10 que visitaba ese día, no había habido suerte. Estaba pasando una mala racha, muy mala, no tenía trabajo, no tenía ni un duro.
Mi amiga especial (por aquel entonces) estaba en España, mi nivel de Inglés era pésimo, mi actividad social era cero, no tenía ni un centavo, lo único que hacía era preguntarme a mi mismo que hacía en un lugar donde lo único que encontraba eran dificultades. Francamente, no tenía ni idea de qué hacer con mi vida.
Sin embargo, un día me dije a mi mismo, puede que no lo esté pasando bien o no me estén saliendo mejor las cosas, pero esto no es algo que el mundo decide, es algo que viene desde dentro y creo que, ahí dentro, en algún rincón, si sigo intentándolo, un día podría brillar.
En lugar de ser golpeado por la suerte, decidí convertirme en mi suerte.
Tienes que elegirte a ti mismo
Esa fue mi decisión, comenzar el camino de la elección propia. La cenicienta desaparece a las 00:00h. En cambio, a mi a esa hora todavía me quedaban 3 horas más de trabajo.
A partir de ese momento, empecé a aceptarme, comprenderme, juzgarme y valorarme, a mi mismo. No tenía otra, recuerda que mi vida social era cercana a cero – y entonces no había Facebook ni Twitter.
No esperes que el mundo te lance la bola, mejor anticípate y tómala por tu propia iniciativa.
No esperes más para poder elegirte.
No es peres a nadie para elegirte a ti mismo.
No dudes ni un segundo, salta con todas tus fuerzas.
Ahora, elígete.
Photo credit: saraelliot.
3 comentarios
Me ha gustado tu artículo, y comparto la experiencia. Creo que buscarte las castañas en un país ajeno, sin ayuda y con mil temores, saca en definitiva lo mejor de ti. No hay otra.
Exacto María, debería ser un paso obligatorio en cualquier programa educativo. Gracias por tu comentario.
Yo también lo incluía en el sistema educativo, mejor que la mili sin duda alguna