Sesgamos nuestras opiniones basándonos en el primer feedback que obtuvimos. Ese es el momento de máxima fragilidad. Es por eso que nuestro radar está en alerta roja cuando hacemos algo por primera vez.
Sin embargo, la fórmula no se sostiene por sí misma. Esta alerta roja puede destruir nuestro trabajo más importante y significativo. El arte puede ser echado a perder, el cambio puede desvanecerse.
Pensamos que todo el mundo actúa igual, y no es así.
La fórmula contra la trampa de las opiniones
Si has creado algo que encantará y asombrará al 10% del mercado, hay un 90% de posibilidades de que no guste a la primera persona que se encuentra con ese producto o servicio. Él o ella podría incluso odiarlo y repudiarlo. De hecho, si haces la matemática, verás que hay un 70% de posibilidades de que las primeras cuatro personas lo odien y lo echen por tierra. Y si entonces abandonas, que ocurre en muchas ocasiones, lo que harás será alejarte de servir a las personas que podías servir. No obstante, algo fascinante va a suceder… Ahora que sabes esto, tu mente se va a reprogramar para saltar por encima de la trampa de las opiniones.
Considera cuán de resiliente podrías ser si las primeras cuatro personas amaran lo que pusiste a comercializar. Lo que harías sería persistir, incluso frente a 100 críticos, Simplemente porque las primeras reseñas y feedback fueran tan positivas. – Importante no olvidar: el orden del feedback no cambia el ratio, pero ciertamente uno se siente de esa manera.
Solución
Escuchar a las personas adecuadas no solo es una habilidad núcleo, sino también un regalo. Por lo tanto tenemos que aprender cómo hacerlo mejor. Por otro lado, escuchar y hacer caso a la gente equivocada, particularmente, los cínicos iniciales, es la gran trampa de las opiniones. Si no permaneces atento, podría ser un lugar donde esconderte y además una ruina para tus esfuerzos.
Atribución imagen: Sharyn Morrow.