Todos tenemos un dark side. Tu presentación no te corresponde. Quizá la pregunta más difícil de responder para mi sea la de definirte a ti mismo, presentarte o decir que es a lo que te dedicas o lo qué haces. Aunque sé responder a esto no significa que no me cueste o, peor aún, que me guste. No, no me gusta nada responder a esta pregunta, como tampoco me ilusiona ni apasiona cuando me presentan en algún acto, medio o evento. No me gusta porque lo que somos va más allá de lo que el mundo percibe. No me gustan las etiquetas ni los cajones a los que nos destina esta sociedad.
La respuesta es simple, identificarte es alimentar el dark side. Seas lo que seas y hagas lo que hagas, no necesitas decir quien o qué eres, no necesitas etiquetas, no te hacen falta títulos o nombres, ya eres todo eso.
Lo que eres realmente es algo mucho más profundo que va más allá de lo que el mundo percibe y lo que intentas hacer tener un lugar en este mundo que encaje con el resto de la gente. Y, a veces, ese lugar es un lugar falso que no le hace justicia a lo más genuino de ti. A veces, es sólo una zona de confort que te has creado para poder sentirte bien contigo mismo y no sentir que desentonas del resto.
Esa identificación o presentación pertenece al ego. El ego es ese elemento que si se sale de control, puede llegar a dominar tu vida. Si no te identificas con nada y pasas de los títulos, empresas, premios y reputación ¿dónde está tu dark side? Además descubrirás que la historia que pensabas que decías al mundo no era lo que el mundo percibe.
Photo credit: Adam Kotel.