Hay una razón por la cual todo lo que haces importa. Los principios, como la gravedad, lo rigen todo. No puedes escapar a tus principios. Las personas en las que inviertes tu tiempo. La forma en la que distribuyes, ahorras y gastas dinero. Las cosas que le das a tu cuerpo. La información que a diario consumes.
Basura dentro, basura fuera. Calidad si, calidad no. Tú controlas tu comportamiento pero los principios controlan el resultado. Soy consciente de que esto puede ser terrorífico para algunos leyendo estas líneas ahora mismo. Nada más lejos de la realidad, esta misma realidad es completamente liberadora. El desafío en el mundo de hoy: aprender y aplicar los principios correctos.
Como dicen en el estoicismo, no puedes controlar los resultados que generas. Es más, al final acabarás adepto a intentar predecir los resultados de tu comportamiento. De esta forma, serás el diseñador de tu destino. Elegirás el efecto que generan en ti los principios que te gobiernan. Haz lo que sientas que es correcto, luego apártate y permite que la consecuencia aparezca.
Los principios te harán único
Si puedes cultivar superhábitos diarios, puedes estar seguro de que tendrás una abundante recogida.
Si escuchas podcasts con gran utilidad para ti, cada día, con el tiempo experimentarás cambios exponenciales en tu forma de pensar y actuar.
O si te vas a la cama pronto y te levantas pronto, cada día, con el tiempo experimentarás cambios exponenciales en tus niveles de energía.
Si puedes llevar una alimentación óptima, hacer una hora de deporte al día. Y realizar un masaje descarga a la semana, cada día, con el tiempo, experimentarás cambios exponenciales en tu cuerpo.
Si plantas y cosechas grandes sueños, debidamente diseccionados y desfragmentados, y haces el trabajo que importa en la dirección adecuada hacia conseguirlos. Pasará algo, y es que con el tiempo, experimentarás un progreso exponencial hacia tus sueños.
Y si cada día eres consciente, amable y grato con cada una de tus relaciones personales, con el tiempo, gozarás de relaciones excepcionales.
La consistencia es el vehículo
La llave de todo: la consistencia.
De acorde a la Segunda Ley de la Termodinámica, una tendencia natural de cualquier sistema aislado, es la inclinación a degenerar hacia un estado más desordenado. Es decir, si no mantienes el alto rendimiento y el ritmo de aprendizaje diario, en no mucho tiempo te encontrarás en un estado de declive. Un jardín desatendido siempre criará malas hierbas. Entonces, nuestra tendencia natural es atrofiarnos y morirnos – física, emocional, espiritual, intelectual y financieramente.
Aquello que ahora mismo eres en este exacto instante, es el producto de un cierto conjunto de principios puestos en acción.
Atribución imagen: Mathieu Bertrand Struck.