No hay un ajuste rápido para situaciones de largo plazo, como no lo hay para el momento que estamos atravesando, no lo hay a nivel macroeconómico o microeconómico, como no lo hay a nivel personal o profesional. Es un momento que pide grandeza.
Ahora mismo, aunque estés en casa, estás luchando. Ya sea contra tu mente, contra tus finanzas, contra tu propio carácter, contra tu jefe, competencia o emociones. Pero estás luchando.
¿Qué hacer? ¿Cómo ganar esa batalla?
Bien, es necesario que nos demos cuenta de que la lucha que estamos luchando, es un cambio en forma de resistencia o creencia que ha estado dentro de ti durante años, hasta décadas quizá. Algo que ha ido creciendo más y más fuerte.
Solo puedes vencer si primero lo dejas salir y permites que te explote en la cara, porque si no lo haces tú a propósito, algo o alguien lo desatará y entonces, te pillará por sorpresa, la explosión será devastadora. Luego, debes aceptarlo, porque si te resistes, ese miedo, frustración, defecto, insuficiencia o carencia se hará insoportable y no podrás quitártelo de encima, porque lo negarás e huirás de ello, lo que hará que su sombra sea más grande y caiga pesada sobre ti. Y por último tienes que rendirte a ello y dejar que te haga lo que te tenga que hacer. Tienes miedo a ser amado, compártelo y exponte a ello, sé consciente de ese miedo. Estás frustrado por la situación de confinamiento, deja que así sea y haz algo para entrar más en esa frustración, confínate más.
Requerirá lo mejor que sepas dar
Es un trabajo pesado y duro como una tonelada de hormigón. Lo sé equipo.
Es duro levantarte de ese sofá, enfrentar fantasmas, ser perseguido por tu sombra. Lo sé. Es difícil depositar el esfuerzo necesario para liberar la grandeza que hay en tu interior.
Crear cambio en uno mismo puede parecer lo más complejo a lo que uno puede lanzarse, pero te digo esto… El primer paso es casi imposible (en tu mente), una vez lo das, si además es “micro”, cada paso es las fácil y así sucesivamente.
Sin embargo, ningún paso es tan complicado como aceptar que podrías haber sido grandiosa/o y decidiste no hacerlo.
Sea cual sea el sacrificio por tu grandeza, merece la pena, porque hará digna el resto de tu vida.