A veces, y demasiado a menudo, los profesionales del marketing manipulamos personas, mensaje, medio, objetivos e intenciones. Es manipulación cuando centras tus energías a generar una acción que no beneficia a otra persona pero sí te beneficia a ti. Llamémosle el marketing de la manipulación.
Las personas más fáciles de manipular son esas que carecen con menos recursos que nosotros, aquellas que nos admiran, esas que creen en nosotros. También las que no necesitan mucha información y están abiertas a mensajes de personas o empresas con autoridad. Son personas dispuestas a tomar una decisión por una corazonada, sobre todo si hay una promesa satisfactoria a corto plazo, sobre todo si parece como si ganan rápido.
Si quieres manipular tu marketing y hacer el marketing de la manipulación, entonces céntrate en el corto plazo. Vende algo rápido. Comunica más de lo que en realidad eres y hacer. Haz marketing sobre algo que no podrás entregar. Comprométete a algo que no puedas llegar. Crea expectativas sobre un producto malo. Diseña un servicio que aparente mucho más de lo que puede ofrecer. La parte fácil es empezar con personas que se abren a la manipulación.
No, no es persuasión, si las personas actúan sin saber, es manipulación.
Es el marketing de la manipulación
Hay comportamientos y actividades que nos dejan abiertos al marketing de la manipulación. No digo que esto sea algo bueno o malo, no hay nada malo o bueno por definición ni por naturaleza, si digo que hay unas conductas que nos dejan desnudos ante este tipo de manipulación comercial.
- Creer algo porque lo ha dicho tu influencer favorito es ser fácilmente manipulable.
- Actuar como un niño te convierte en una persona manipulable.
- Repetir un mantra escuchado en un podcast o leído en un libro sin considerar si es cierto o no: eres manipulable.
- Citar a escritos, filósofos o grandes personajes de la historia sin buscar cuál es tu propio significado: manipulable.
- Intentar encontrar un atajo para ganar dinero rápido: fácil de manipular.
- Aceptar los métodos esotéricos evitando así el método científico: muy manipulable.
- Confiar en la solución maestra de los expertos que más libros venden: bastante manipulable.
- Perderte en el mar de miedos de la incertidumbre: manipulable – de forma extrema.
- Miedo y duda: manipulación crítica.
- Vivir en el futuro: manipulación inmediata.
- Permitir que la forma de vestir de una persona influencie lo que venga después: manipulación cotidiana.
- Juzgar por edad, género, estatus o raza: manipulación desafortunada.
- Confiar en lo que crees que es la verdad: manipulación segura.
- Pavor al cambio: manipulación, ya.
- El gran problema de decir «no»: manipulación y problemas gordos.
- Estar preocupados por detalles irrelevantes: manipulación sin esfuerzos.
Si sucede es porque tú quieres
Utilizar el marketing de la manipulación es sorprendentemente fácil. Además de hacerlo más fácil cuando permites que otras personas y empresas que quieren aprovecharse de ti, lo hagan. Permitiéndoles que usen contra ti, tu buena fe, principios, morales y tus instintos naturales. Sucede cada día, en Venice Beach, Ciudad del Cabo, Alcoy, Alboraya, Marbella, Ibiza, en Facebook, Pinterest, televisión, la radio y en tu asociación de vecinos.
Atribución imagen: Robin Hutton.