Hace ya casi más de un año vi este ejemplo de marketing vulnerable:
Me pareció tan potente que decidí guardarlo hasta este momento. Sabía que un día lo utilizaría.
¿Cuántas veces encuentras un negocio que simple y llanamente admite que ha fracasado en su propósito? ¿O que el evento no salió como se esperaba y explican el por qué real?
Hace 12 días cancelábamos Guateque Madrid, por segunda vez, porque los acuerdos pactados con la sala cambiaron a última hora, y fallamos al no dejarlos por escrito. Y además porque nos dimos cuenta de que el sistema diseñado para los registros, era demasiado complicado. Suponiendo más una barrera de entrada que una ventaja.
Una de las estrategias más acertadas, aunque a veces dolorosas para nuestro orgullo, es ser brutalmente honestos con el mercado y con nuestros clientes. Si el producto ha fallado porque pensasteis en vosotros y no en el cliente, comunícalo tal cual. Si la web no es lo eficiente que debía ser porque decidiste ahorrarte un buen porcentaje para tener más margen, explícaselo al cliente – y soluciónalo. Y si el negocio que tanto promocionaste no es un gran negocio, admítelo, en público y en privado.
Estamos actuando de forma dañina
El gran enigma para mí está en la retracción que hay en ser honestos y no maquillar los mensajes, resultados o acciones. Hay demasiados negocios y personas haciéndolo, no aportando absolutamente nada positivo. En cambio, hay un déficit de iniciativas o proyectos como el ejemplo que mencionaba más arriba. Personas, al fin y al cabo, que respetan la integridad que los negocios de hoy deberían poseer.
La salida: marketing vulnerable
El marketing vulnerable no tiene trampa. No se puede maquillar, no es manipulable, no es fácil de admitir, y requiere de agallas a la hora de llevarlo a la práctica. Este marketing y tampoco es para todo el mundo, solo para los profesionales y empresas que quieren hacer las cosas bien, hoy, mañana y más allá.
Cada día, cuando algo falle, cuando cometas un error o una equivocación, piensa en el marketing vulnerable. Porque lo contrario es una farsa, y adivina qué, serás descubierto públicamente, y vivirás desalineado con tus propios valores.
Atribución imagen: Marketing Catalyzers.