Me llama excesivamente la atención la necesidad que tiene la gente por llamar la atención a costa de otros.

Todos somos muy buenos aconsejando a los demás como deberían conducir sus propias vidas, pero sorprendentemente no somos igual de buenos cuando se trata de nuestras propias vidas. Somos fans incondicionales de dar lecciones a los demás. En lugar de eso, podríamos trabajar en hacer que algo suceda, de repente cosas fascinantes podrían suceder.

¿Cambiamos la Historia?

¿Qué pasaría si cada uno de nosotros nos olvidáramos de que es lo que sucede en la vida de los demás y trabajáramos profundamente en construir algo que realmente tuviera significado primero en nuestras vidas y luego en las de los demás? Me da la sensación que alteraríamos el resultado de mucho de lo que pasa a nuestro alrededor.

Será Ok

Cuando eliges el camino de hacer que algo suceda, habrá mucha gente que no lo entenderá, de repente tu relación con ellos cambiará. Al poco tiempo, tus acciones llegarán a más oídos, por lo que serás susceptible a más críticas, cada vez más y más gente se sentirá molesta con tu presencia. Algo que resulta muy divertido, es ver como esa gente pierde los papeles en tu presencia, o a las espaldas, la razón es que no pueden controlarte, no estás dentro de su área de influencia, no estás a su alcance, no pueden impactar en ti y aún más atractivo, tu sigues a la tuya, sobresalen como si nada.

Eres Aterrorizador

Siempre cuesta menos fijarse en aquellos que sobresalen del resto, esa gente que entrega valor al mundo y que un día decidió dibujar su propio mapa, los valientes, los que escuchan a su vocecita. Normalmente, cuando te colocas en la línea de fuego, te vuelves visible y te expones al mundo, aterrorizas, en ese momento exacto te vuelves «vulnerable, débil y suicida» – es lo que ellos piensan.

Esperarán tu Fallo, es Ok

La realidad es que van a estar esperándote, siempre habrá alguien esperando, hasta que en un momento determinado falles. Por que vamos a fallar, ayer, hoy, mañana, fallaremos. Sabemos que tu estarán ahí cuando fallemos, también sabemos que nos criticarán, tratarán de abortar nuestra misión y que encontremos esa otra voz que en algún rincón de nuestra alma dice que abandonemos. No lo hagas, no entregues tu rendición a alguien que se cree con el derecho de poder influir en tu vida y dibujar en tu mapa, no agaches la cabeza nunca ante alguien que cree que es mejor que tu, no te rindas antes aquellos que te subestiman, no permitas que nadie te diga que puedes hacer y que no. Cuando pides permiso, estás cediendo autoridad.

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