Durante mucho tiempo he coincidido con grandísimos profesionales que afirmaban que para una perfecta comunión con la audiencia y aportar el valor requerido. Debíamos compartir contenido ajeno valioso. Relevante e interesante en cantidades industriales.
Precedentes
Chris Brogan habla sobre el «ratio 12 x 1» para compartir contenido. Lanzar 1 tweet que hable sobre tu contenido por 12 que vaya sobre el contenido de los demás. Guy Kawasaki dice algo como, «promociona el contenido ajeno el 95% de las veces. El 5% restante promociona lo que tu haces».
Re-formulación
En parte, sigo de acuerdo con ellos. Porqué la esencia es aportar valor más allá de nuestra propia percepción del mundo, experiencia, conocimiento y posibles ideas. Sin embargo, pienso que estas fórmulas necesitan una nueva re-formulación de acorde a la importancia del momento y de la importancia de cada individual.
La importancia de la creación
Creo que cada día es más importante crear contenidos firmados por nosotros mismos. De lo contrario no llegaremos a mover, despertar e impactar a personas o negocios. Pienso firmemente que estos tres elementos son algunos de los fines más pronunciados del content marketing. Si nos dedicamos meramente a compartir contenidos. Los cuales llegan a nosotros para luego distribuir, re-distribuir, intercambiar, comentar, votar o en el peor de los casos copiar. Perderemos la voz que este entorno conectado nos permite tener.
Muchos pueden estar en desacuerdo aquí, «no todo el mundo debe tener un blog» y aquí replico. Todo el mundo tienen una opinión. Una manera de comprender el mundo, una habilidad innata que cambia las cosas. Una virtud que le hace sobresalir. Un rasgo personal que lo hace auténtico, formas de ser productivo que le hacen ahorrar horas de trabajo y aprovechar mejor su tiempo libre. Todos poseemos el don de ser únicos y diferentes, por lo tanto. Poseemos la grandiosidad de la creación. Todos podemos crear algo, sólo necesitas el lugar para mostrarlo.
La importancia de la creación como ya digo aquí – y en este otro post – cambia la proporción en el que el contenido es compartido. Según mi experiencia, trabajo y resultados – y también de personas como Carlos Bravo o Hugh McLeod – importa tanto la creación como el compartir.
La fórmula para compartir contenido
Así que, aquí y por llegar a un término intermedio, diría que la conexión real ocurre cuando creas el 30% del contenido que compartes, el 20% a hablar de las personas y negocios locales (y humildes) que están haciendo un gran trabajo. Otro 20% para potenciar a la gente que hay a tu alrededor y el 30% restante, a informar sobre la gran información que podría crear cambio positivo en tu comunidad.
¿Qué te parece esta nueva fórmula? ¿Cuál es tu propia fórmula?
Photo credit: Michael Turner Photography.
11 comentarios
No puedo estar más de acuerdo contigo Isra, creo que necesitamos más gente que hable desde su conocimiento, desde su prueba error, de su fracaso, de sus éxito, de sus ideas, de su percepción, de sus experiencias.. solo así se forjará una nueva era y una nueva época. Compartir contenido de otros es muy necesario, pero creo que es más necesario que nuestra cabeza opine, barrunte, escriba, conecte y piense en cómo las cosas pueden ser diferentes.
La fórmula me parece muy buena, Isra: me alegro de que hayas dado con ella, porque sé que te preocupaba este tema. Ahora falta ejecutarla en cada plataforma de una manera en la que tú quedes satisfecho y de la manera más efectiva (menor tiempo consumido) posible.
En mi caso, al tener mucho menos contenido creado, baja el porcentaje del contenido propio compartido, y aumenta la parte de información «externa 100%» que puede ser interesante para mi comunidad.
Me apunto (o recuerdo) lo de compartir los contenidos de «nuestra gente alrededor», porque últimamente tengo esta parte algo abandonada…
No entro en los porcentajes, pero la selección de conceptos me parece perfecta: nuestro propio contenido define nuestra personalidad en la red y aporta un punto de vista personal que puede servir a los demás, como has dicho; el «gran contenido» nos proporciona branding y contribuye a divulgar conocimiento; y los otros dos conceptos nos ayudan a crear a nuestro alrededor un tejido de personas y empresas con el que colaborar y crecer conjuntamente… 8:30 de la mañana y ya tengo algo para asimilar y pensar el resto del día…
Totalmente de acuerdo Isra!! Es verdad que el replanteamiento sobre el contenido de valor que aportamos y su reformulación tiene que ir de la mano con la mayor capacidad de creación por nuestra parte.
Está claro que las personas con la capacidad de crear contenido con asiduidad pueden asumir este reto, sin embargo todos conocemos marcas y empresas a las que este salto les puede dar vértigo, ya que se expondrán directamente.
Tenemos que ser capaces de comunicarles esta situación y que se abran a la comunidad.
La información que compartimos en este aspecto, tiene que aportar valor y ser relevante para nuestra comunidad, y por eso creo que tenemos que dar mucho mas valor a las plataformas que nos ayudan a la curación de contenidos.
En el caso de #Jerby, sencillamente retuiteo los posts que comento y ya que el amable lector haga el reparto como estime oportuno…
Creo que lo importante Isra es encontrar un equilibrio y que esa «voz personal» resuene sin que el ego te juegue malas pasadas. No es una cuestión tanto de porcentajes sino de coherencia y honestidad. Y luego está la planificación, el modo en que dispone tus recursos. Contar lo que somos y hacemos requiere de creatividad e ingenio para contar buenas historias. Un saludo
Gran aportación al post, gracias.
Exacto Paco. Es como lo estás diciendo. Menos compartir y más crear.
El ego tiene que ver con centrarte en ti o tu marca únicamente, la creación tiene que ver con hacer un trabajo que impacte positivamente en los demás. Esos son los contenidos que cambian el resultado Juan Antonio.
Todo empieza desde la creación más personal e íntima, luego viene lo otro Jorge.
Lo que impacta es nuestra manera de ver el mundo, no decir como otros lo ven.
No es necesario utilizarlas todas de igual manera.
Esto sucede porque caemos en la tentación de utilizar los contenidos como meros artefactos promocionales. Exponernos es lo que más falta nos hace.