¿Cuánto tiempo pasas pensando y diseñando quién será tu cliente cuando lances la campaña, el proyecto o el producto? ¿Piensas en tu comprador ideal? ¿Piensas cómo tu producto o servicio podría satisfacer sus necesidades de formas diferentes al resto? ¿Analizas cuál podría ser una nueva y útil manera de resolver sus problemas? ¿Piensas en potenciar a tu cliente o piensas en poder sacarle el máximo beneficio posible? ¿Estás tan metido en quién es tu cliente y tus prospectos y potenciales que padeces hasta algo de insomnio por las noches?
Piensa en el potenciar a tu cliente
Cada vez que viajo, tengo un momento para pensar en negocios y estrategia o cada vez que quiero mejorar en IG, pienso en conversar con alguno de nuestros clientes. Pienso en nuevas formas de ayudarles. Parte de mis esfuerzos van dirigidos a cómo encantar a nuestros clientes, o al menos intentarlo. Pienso en herramientas, en jornadas de trabajo extras, en consultorías adicionales o en talleres exclusivos. Pienso en cómo proveedores de servicio que conozco pueden ayudar la infraestructura de mi cliente. Sobre todo, pienso en cómo poder aportar más valor, uno que genere resultados positivos, en ingresos y ganancias. No perdono, incluso moviéndome desde Australia a Japón en El Viaje. Sé que si dedico algo de tiempo en atender a diario a mis clientes, podré servirles mejor. Dime, ¿compartimos tú y yo la misma bendita manía?
Pienso además sobre ti, el profesional o empresa que hace que las cosas sucedan. Pienso en los negocios que Oscar, Aitor, Álvaro y Álex también atienden.
Dedica tiempo cada día, al menos un 5% – 10% para pensar en tus clientes y contactarles. Al menos uno al día, y con una mejora.
¿Y qué pasa con la competencia?
No me importa en absoluto. Y a ti tampoco debería importarte. Por qué… ¿cómo va a ayudarte? Sí, puedes ver su oferta, puedes ver que quizá son mejores que tú, o peores. Esa misma oferta es para sus compradores, diferentes a los tuyos, ¿Para qué quieres copiar algo que es para tus clientes y no para los suyos?
Busca el «sí» de tu cliente
Dedica ese 5% – 10% a encontrar formas de que el cliente diga sí. Piensa en cómo hacer que sean felices los clientes que dijeron sí. Incluso pregúntales a ellos cómo podrías satisfacerles mejor. Son tus clientes.
Un poco de tiempo al día dedicado en encontrar acciones que sirvan a potenciar a tu cliente es parte de tu responsabilidad y compromiso. Además de que a medio y largo plazo pagará dividendos.
¿Quién crees que hará mejor marketing y ganará más negocio?
Esa es la cuestión.