Otra semana más en Estados Unidos. Tres semanas desde que empezó el proyecto Día Cero, empezar desde cero cada día. Es algo complejo intentar dejar todo lo que te hace quién eres. Es interesante observar cómo nos comportamos en los círculos sociales, dónde tendemos a sacar a relucir nuestros logros, experiencias increíbles y lo que hemos conseguido. Sobre todo para obtener esa inútil validación externa. Acrecentándose con personas del sexo opuesto por las que puedas sentir atracción, o ante una oportunidad potencial de venta.
Esto es algo que veo mucho en mí, claro, los demás deben darme igual, porque para qué quiero mirar fuera cuando en realidad lo hago para evitar mirar dentro.
La pregunta para ti y para mí es:
¿Cómo dejar todo atrás cada día?
Extra – escucha esta gran lección de Yongey Mingyur Rinpoche sobre dejar todo atrás permitiendo que la mente sea como es:
Entre otras cosas, esta semana me ha dejado la experiencia más cercana a la muerte que he vivido jamás. También el perder un puñado de oportunidades profesionales y recursos, aunque pensándolo mejor nunca los perdí, porque nunca fueron de mi propiedad. Al mismo tiempo tuve la cancelación de dos proyectos para esta semana. Además, el día de Navidad supe que no viajaba una mujer especial que llegaba ese día a Miami para estar juntos. Parecerá raro, pero nada de eso mermó mi actitud, porque eso es lo mínimo que puede pasar cuando estamos vivos en esta corriente llamada vida.
Integrar una experiencia como la que viví y todo que pasó alrededor, así como lo que supuso, ha hecho replantearme qué es lo que quiero, porque para qué quiero querer algo que no tengo ahora mismo. Pienso que es absurdo, porque eso solo nos coloca en una búsqueda insatisfactoria que acarrea un poco de placer y bastante dolor, algo de gozo y una buena dosis de sufrimiento.
Los gastos aumentan, las ventas no decrecen, pero no van a la misma velocidad que los gastos en España y en EE.UU. Me gusta esa situación porque pretende añadir presión y estrés, y creo que ahí es cuando nos rompemos emocionalmente, no aguantamos la presión de no saber qué pasará mañana o al otro, y cómo lo haremos entonces. La historia de nuestras vidas, viviendo una vida en el futuro intoxicados por el pasado, y perdiendo el presente.
Proyecto Día Cero perpetuo
Estoy buscándome la vida a gusto, mejor diría estoy buscándome el día. Físicamente estoy en una gran forma, emocionalmente y mentalmente algo desalineado estos días, pero muy enraizado espiritualmente, esto último me permite ver cómo se disparan mis saboteadores y creencias limitantes, que no son más que pensamientos y emociones ficticias creadas por los mismos.
Consecuentemente, lo que hago es ir más a fondo, no sé si es sano o no, o si se debe hacer o no, pero lo estoy haciendo, si algo aparece y me envuelve, dejo que me envuelva, o lo envuelvo yo. Si algo aparece y me domina, pues me domina. Si acabo pensando en algo demasiado, pues estoy pensando en algo demasiado. Y si veo las cosas venir e irse y no me agarro a ellas, con suerte encuentro paz y armonía en tierra de nadie.
La mente “no sé” ayuda, la mentalidad cinturón blanco también, la quietud, meditar, escribir y parar y solo respirar también, así como la energía y movimiento generado por Tai Chi o Qi Gong.
Aquí estoy, eso es lo único que sé. Todo el tiempo que existe, así como oportunidades y vida, es ahora. Eso en realidad facilita las cosas, porque no tienes que preocuparte por todo lo que tienes que dejar atrás, porque solo cuenta «ahora«.