Cada decisión que tomas tiene consecuencias, cada una de esas consecuencias te llevan a un lugar o a otro.

¿Te levantas y meditas o te quedas en la cama y te lamentas por no levantarte?

¿Sales a entrenar aunque haga mal tiempo o cuando llueve sacas la bolsa de doritos y empiezas a dipear como un poseso?

¿Sigues escribiendo aunque se te cierren los ojos o ya continúas al día siguiente o al otro si no te encuentras cansado o perezoso?

¿Estás dispuesto a continuar a pesar de no ver resultados o mejor te quedas donde estés hasta que la situación mejore?

¿Decides mantener esa conversación con tu jefe, pareja o proveedor o mejor la dilatas hasta que alguna de las dos partes explote?

¿Acabas lo que empiezas cueste lo que cueste o mejor olvidar eso que hacías y empezar una cosa nueva?

¿Progresas o te atascas?

El sistema de autodisciplina es el motor

Cada pequeña decisión que tomas forma parte de tu sistema de autodisciplina, la disciplina que emana de ti, la que cambia las cosas.

A mis 38 años sigo buscando atajos que no existen, incluso sigo sin dar tanto protagonismo a los hacks que implemento. Ahora, estoy en un nuevo punto de partida, una nueva etapa profesional y vital, en Estados Unidos, empezar desde cero, día 1, ¿y sabes qué es lo que va a hacer que antes o después marque la diferencia en este nuevo lugar, mercado y contexto? La disciplina que hay dentro de mí por defecto, el sistema de autodisciplina que va con cada una de mis respiraciones y cada uno de mis latidos.

Estoy aquí porque elijo el camino difícil, porque sé que el fácil, el que parece corto, es más largo de lo que imaginas y además más doloroso.

La única forma de colocarte en el lugar perfecto para hacer lo que más necesitas hacer es estando ahí sin posibilidad de volver hacia atrás.

Lo más lamentable que podría pasarme es que no hiciera lo que dije que haría, porque no hay nada peor que mentirte a ti mismo. Cuando no andas en el camino de la disciplina, no mientes a los demás, a tu madre, entrenador o profesor, te mientes a ti mismo.

Nadie puede hacer o crear nada por ti, tú creas tu vida, y tu sistema de autodisciplina – los trucos, mecanismos y técnicas para hacer lo que sabes que debes hacer, comportarte como debes comportarte y actuar o pensar como sabes que debes actuar o pensar – está en el núcleo de ese potencial ilimitado que el ser humano representa.

Hoy la vida volverá a darme razones para no hacerlo, las mismas que hacerlo. No importa, porque no negociaré, pensaré o sentiré, solo haré lo que tengo que hacer, sea lo que sea.