¿Sabías que puedes revertir esa mentalidad enemiga, y convertirla en tu mejor aliada? ¿Cómo? Aprendiendo a cómo reprogramarla, dirigiéndola con firmeza, autodisciplina y consistencia. Solo no negocies contigo mismo.
Si dejas a tu mente hacer lo que desee, si no le das forma, si no la condicionas, será ella la que te condiciona, te controle y acabe sometiéndote. Te confundirá y al final, te destruirá.
Es una disciplina necesaria establecer los siguientes términos
No negocio conmigo mismo.
Ni con mis miedos.
Y tampoco con la negatividad en la que yo mismo me embadurno cada día.
He experimentado, y probado durante años, que no tienes que sentirte feliz, pleno, o alegre para cambiar tu forma de pensar, actuar y comportarte. No tienes que creer en ti mismo para creer en ti mismo. Y no tienes porque hacer la papeleta de que todo va bien si no va, que no vaya bien, es la clave para salir de ahí.
Me da igual como te sientas.
Y me da igual como me siento.
No siento que debería estar haciendo muchas cosas que actualmente estoy haciendo y me hacen sentir bien al hacerlas.
No me importa no creer en mí, lo haré igualmente.
Tampoco me importa sentir que no quiero hacerlo o no me apetece, lo voy a hacer igualmente.
¿Por qué? Porque he entrenado a mi mente y a mi sistema nervioso para ir en contra, o a favor, de todo lo que tenga que ir.
No negocies contigo mismo
Esta técnica es justamente la que te liberaría, si tú, querido/a inconformista y dibujante de mapas, desarrollaras ese tipo de autodisciplina. Te ayudaría a conseguir (y a ser) mucho más que la gente de tu alrededor, todavía encallada en patrones saboteadores. Principalmente, porque la mayoría de las personas quieren sentirse seguros, preparados, respaldados y motivados antes de hacerlo.
Al carajo con esa creencia mezquina.
Detén el hábito vulgar de pensar que tienes que sentirte bien para hacer algo.
Entrénate. No negocies contigo mismo.
El único camino que conozco para atravesarlo todo es imprimir acción imparable, masiva y explosiva.
Nuestro trabajo es sobresalir y alcanzar ese nuevo nivel, por tu familia, por tu equipo y por ti.
Hazlo, aunque no quieras.
Intenta, aunque vayas a fallar.
Persiste, aunque estés casado.
Ponte en marcha, aunque no puedas moverte.
No negocies contigo mismo.
Atribución imagen: Bart.