Hay tres formas de definir la calidad.
1. La calidad de hacer lo que toca
Puedes definir la calidad como la definen los que la reciben: cumplir expectativas.
Si puedes entregar lo que prometiste de forma fiable, sin drama y precisa, entonces es calidad.
Esto es lo que sucede cuando un coche, a pesar del precio, tiene un sistema de aire acondicionado que funciona correctamente, O cuando un sitio web no se cae. O cuando tus zapatos están arreglados cuando el zapatero dijo. O cuando un miembro de tu comunidad está “feliz” con tus contenidos. Incluso cuando un influencer recibe los comentarios y likes que se merece.
Cuando casi cualquiera habla de calidad, eso es a lo que se refieren, a hacer lo que se debe hacer.
2. La calidad de lo prohibitivo
Puedes definir la calidad como Dior o Vuitton: la calidad del lujo.
Esto sucede cuando la claridad y brillo del diamante es única. O cuando la calidad de la piel es la más alta que existe. O cuando la velocidad del jet privado es más alta que la media. Hasta cuando el impacto que produce esa marca, es proporcional al precio que cuesta. No es solo “obtienes lo que pagas”, sino también “el precio fue muy alto”.
3. La calidad de tu mejor versión (la excelencia)
Y finalmente puedes definir la calidad del esfuerzo adecuado, una calidad definida por uno mismo: lo que soy capaz de hacer. “Lo di todo”, la calidad que viene del sudor y/o vulnerabilidad que sucede cuando un ser humano se vacía.
Esto es lo que sucede cuando hago mi trabajo y rindo cuentas a la excelencia (es decir, empujarme a mí mismo – y a otros – hacia la grandeza). Es lo que ocurre cuando creo un proyecto, lanzo un programa, doy una consultoría, imparto una conferencia o desarrollo unos servicios de agencia.
Piensa en ese producto o servicio que amas: ¿qué es lo que te encanta sobre ello? ¿Qué hay del proceso que se requiere para comprar un coche o el coste de la universidad?
Hay trabajos (películas, cuadros, música, podcasts, vídeo-clips y otros contenidos…) que podrían ser mucho más espectaculares y populares, pero podrían no tener la calidad que podrías encontrar en algo menos increíble y popular.
Cuando haces tu trabajo, cuando creas una oferta, no hay pregunta más importante a formular que “¿Qué tipo de calidad estás buscando aquí?”
Porque… ¿Quién define la calidad? El creador, no hay duda de ello.
Pd. El viaje continúa: hoy en Lanzadera con una asesoría para Hello Demo. Entrevista para EFE y más tarde, participando en Valencia Startup Week, como jurado en FTalks Editions (puedes asistir sin coste registrándote en el enlace) y Keynote de cierre en la jornada con “Disrupt yourself. Disrupt Everything”.
Atribución imagen: AECID.