Hace cientos de años estamos corriendo por los campos luchando por nuestra supervivencia más básica. Teníamos que atacar o seríamos atacados. O corríamos detrás de nuestra presa o nuestra presa corría detrás de nosotros. Todo lo que teníamos entonces eran nuestros instintos más básicos, no había lugar para el miedo, era un batalla a todo o nada. Cada uno era responsable de sobrevivir por sí mismo, excepto cuando tenías hijos.
Poco a poco se formaron las tribus, entonces nos reuníamos entorno a manadas. Cuidado, porque si abandonabas el rebaño serías devorado por alguna bestia. El tiempo fue pasando, año 1.010, año 1.535, año 1.958, año 2001, año 2019, y aquí seguimos, todavía demasiado asustados.
Todavía demasiado asustados
Todavía demasiado asustados para salirnos fuera de la zona de pensamiento común y actuar de forma insolente.
Estamos todavía demasiado asustados para dejar de citar a “los grandes” y apropiarnos de nuestra propia narrativa, encontrar nuestra propia voz y dar un paso al frente a defender a muerte en aquello que creemos, sea lo que sea.
Demasiado asustados todavía para ir detrás de nuestros sueños, materializar nuestros deseos y hacer posibles esos imposibles.
Seguimos demasiado asustados como para vivir siendo fieles a nuestros valores, no a los que no dijo nuestro padre que tendrían que ser, no a los que nos vendían en la televisión. No, nuestros propios principios, tenga el precio que tenga.
Demasiado asustados como para luchar con todo hasta el fin de tus días, e interiorizar esa idea por muy trágica, dura y agotadora que parezca.
Demasiado asustados para abrir nuestro corazón, dejar ver todos esos moratones emocionales y esas heridas psicológicas que tanto daño nos han hecho y que más necesitamos sanar.
Estamos demasiado asustados como para ser la persona que hay dentro de tu pecho diciendo “déjame salir”.
¿No estás cansado de estar tan asustado? ¿De no tomar la acción que debes? ¿De no decidir? ¿De recular? ¿De hacerte pequeño ante cualquier confrontación?
¿Por qué estamos tan asustados?
Te lo voy a decir, porque estás demasiado preocupado por lo que los demás puedan decir de ti, amigos, familiares o desconocidos en social media.
Ignóralos.
Caza. Ataca. Devora. Brilla. Despunta. Aválanzate.
Muestra al mundo la valentía que hay detrás de ese miedo imaginario.
Atribción imagen: Eyesplash.