Escucho y leo a mucha gente, algunos desesperados, otros rotos y muy tristes, los hay frustrados, amargados, sin esperanza, incluso ahogados.
Aplastados por el peso del dolor, el sufrimiento y la miseria. Y muchos me contactan para preguntarme qué pienso, qué consejo les puedo dar, cómo puedo ayudarlos.
Bien ¿qué es lo que pienso? ¿Mi consejo solicitado? ¿Mi empujón? Sí claro, esto:
Todavía sigues vivo.
Eres mejor que eso.
Puedes triunfar sobre esas fuerzas oscuras y malignas.
Puedes llegar a ser mejor, puedes ser más.
Pero se requiere de un coraje y valentía asombrosos, es complejo, difícil y no será de la noche a la mañana.
No obstante ¿qué otra elección hay? ¿Qué más podemos hacer?
¿Permitir que la oscuridad nos consuma y nos engulla por completo?
No, no aceptemos eso.
Somos la bestia resiliente
Recuerda que los seres humanos tenemos una capacidad inimaginable de resistir sufrimiento, injusticias, hasta incluso privación de libertad o esclavitud y otras atrocidades. Y recuerda que incluso en esas situaciones, cuando parece que todo se nos es arrebatado, cuando parece que no hay vía de escape, que es el final, recuerda que todavía puedes elegir cómo reaccionar a las cosas de tu alrededor. Todavía te quedará el poder elegir tu actitud. Esa es nuestra decisión y somos los responsables de tomarla.
La responsabilidad de ser fuertes en lugar de débiles, de ser lo que queramos ser, no lo que nos permitimos a nosotros ser.
No has perdido, todavía sigues vivo
Somos los dueños de nosotros mismos. Nosotros somos los que controlamos la narrativa. Tú eres el que escribe la historia que quieres escribir.
Tan pronto como no te rindas, tan pronto como no abandones, tan pronto como no renuncies, nunca caerás derrotado.
No has sido vencido, amenos que no estés muerto.
Y no has fracasado, lo que has hecho ha sido ganar experiencia.
Todavía sigues vivo, o viva.
Y todavía quedan memorias por construir.
Así que levántate del suelo, y vamos a ello.
Atribución imagen: Sergio Cabezas.