Hace unos días estuve en Alcoy visitando a mi familia. Tuve reencuentros muy especiales, con mi abuela, mis tíos, mis padres, amigos y también con mis orígenes, con mi propia historia. Cómo empezar desde cero de nuevo y no cambiar absolutamente nada, ese es el camino que ando, el que aparece a medida que avanzo y es como puede ser.
Anteayer pasé por Urdidos Jordi (la fábrica de textil donde empezó todo) por primera vez en muchos años. Al volver decidí parar y saludar a Jordi, Oscar y Jorge, quienes fueron jefes y compañeros durante dos años. Recuerdo que trabajaba 12h al día durante 5 días a la semana y por turnos… Un turno de 6am a 18h y otro a la inversa, y a veces trabajando sábados de 6am a 14h.
Mi puesto era el de filetero, el asistente del urdidor, en la mayoría de ocasiones asistiendo a uno mis mejores amigos, Jose Navarro. Él fue el mismo que me ayudó a poder trabajar en esta fábrica y con quien guardo algunas de las mejores memorias de una buena parte de mi vida.
Ha pasado el tiempo pero no la actitud
No veo mucha diferencia entre entonces y ahora. Sigo haciendo lo que sé que debo hacer, aquello que mi intuición y principios me dicen que es lo correcto. Volvería a empezar desde cero.
Estoy orgulloso y satisfecho de cada paso que he dado. No me arrepiento absolutamente de nada de lo que he hecho (muy variopinto y en muchos extremos y un poco más allá).
He honrado cada oportunidad que he tenido, he aprovechado cada momento, he exprimido cada circunstancia (buena o mala es difícil de establecer). He ido donde tenía que ir, he dicho lo que tenía que decir. y he hecho lo que tenía que hacer, cuando lo tenía que hacer y con quien lo tenía que hacer.
Sé cómo empezar desde cero de nuevo
Si tuviera que empezar desde cero ahora mismo y tuviera que pasar por volver a colocar conos de hilo de nuevo (o de fontanero o «currando» en un hotel sirviendo desayunos), lo haría sin ninguna lamentación ni culpa ni queja. ¿La razón? Porque si volviera allí después de este trepidante viaje que he vivido y estoy viviendo, es porque sería parte del camino tan hipnotizante que sigo. La fortuna así lo querría, por lo que le diría tal y como Marco Aurelio mencionaba en Meditaciones “dame lo que quieras, llévate lo que te plazca”.
Cada paso que damos es el paso, cada obstáculo es el obstáculo, cada alegría es la alegría, la pena la pena. Porque cualquier camino es el camino.
Aprende a dar sin apego y recibir sin orgullo, y lo que sea que venga, te dará igual, porque serás imparable desde tu propia esencia, y contra eso la mente solo podrá seguir la estela de tu alma.
El viaje continúa.