Este es mi proceso para practicar – y con el tiempo dominar – la disciplina:

Primero, identifica aquello que sabes que necesitas hacer pero que tratas de evitar;

• Buscar y encontrar nuevos clientes.
• Dejar el tabaco o el alcohol
• Eliminar la comida basura de tu alimentación.
• Huir del sendentarismo.
• Practicar tu arte todos los días con el fin de mejorarlo.
• Levantarte 1 hora antes todos los días.
• Desconectar de tu adicción al smartphone.
• Leer libros todos los días.
• Avanzar en el libro que escribes.
• Salirte de las redes sociales.
• (Coloca aquí lo que más te preocupe)

Segundo, usualmente lo que más necesitas hacer está relacionado con aquello que podría no gustarte o eso en lo que no eres especialmente bueno/a.

Tercero, fija al menos una hora exacta cada día para llevar a cabo esas responsabilidades, no la muevas nunca de horario, ni pases aun solo día sin trabajara, preferiblemente enfréntala al comienzo de la mañana. Practica ese proceso. Repite, cada dia, a la misma hora, monitoriza los resultados en un cuadro de mando que te permita saber el proceso de tu disciplina (feedback, duración, horarios, progresión, reacciones, obstáculos, etc.). No dejes de hacerlo hasta que sobrepases los 100 días.

Cuarto, elige algo que sea duro, que te cueste, que esté por encima de tus posibilidades, que te sobrepase, que temas y entonces, domínalo. Ensaya este hábito cada día mejor, analizando los resultados del día anterior en el cuadro de mando. No hay súper-hábitos, habilidades núcleo, ultraproductividad, sistemas, el oro de las medallas, ni tampoco trabajo importante, sin disciplina.

Quinto, repite el proceso con cualquier cosa que desees aprender o incluir en tu vida. Se trata de convertir la disciplina en un hábito diario. Practica, practica, practica y no desistas.

Disciplina: fuera del placer

Como dice Mike Tyson, “la disciplina es hacer lo que odias como si lo amases”. Si logras amar lo que odias, imagínate que harás con lo que amas.

Photo credit: Jurgen Appelo.