Consciencia…
Cuando comunicas. ¿Comunicas lo que realmente hay que comunicar, lo que piensas que hay que comunicar o lo que te gusta comunicar?
Conversas con otra persona. ¿Escuchas a esa persona para poder hablar tu luego, para no perder nada de lo que dice y saber más o escuchas para escuchar y nada más?
Lanzas una campaña de marketing. ¿Lanzas esa campaña para potenciar el producto, para que tu público potencial compre o para que tu producto sea probado?
Presenta o expones un tema en público. ¿Tratas de persuadir / convencer a tu audiencia, cuentas una historia o expones los hechos e invitas a la reflexión?
Entras en una reunión con proveedores o clientes de agencia. ¿Te presentas hablando de cuantas cuentas / campañas lleva tu agencia para grandes marcas, tratas de dar un golpe de autoridad de cualquier modo o saludas y te colocas en calidad de receptor?
Actúa con consciencia
Cuando hablas en corto con otra persona en un acto social con personas que apenas conoces, detrás de esa chapa de realidad superficial, hay una vasta totalidad que es nuestra consciencia.
Ser consciente y utilizar la consciencia nunca es menos vasto, menos misterioso o menos raro. No importa lo que los ateos o los sacerdotes, neurocientíficos o chamanes puedan decirte.
Ejemplo: la vida no sería un misterio, si la consciencia no fuera un misterio. Sin embargo, lo es, y si es eso es algo malo es un pronóstico bastante malo por parte de cualquiera.
La próxima vez que te encuentres con alguien – en ese acto social, o en cualquiera de las situaciones de más arriba. Intenta no ver a la gente como una persona aleatoria que aguanta una sabrosa copa de Bollinger Especial Cuvée, sino como el más grande misterio del universo. Eso debería hacer la situación interesante, divertida y memorable.
¿Cómo lo ves?
Photo credit: al shep.