Haz lo que tengas que hacer y déjate ver. Sí.
Dime si has sentido algo de esto alguna vez:
- Hablas poco, no tienes mucho que decir o no te apetece decirlo, quizás no cambie nada.
- Estás en algún sitio rodeado de gente, pero de repente te das cuenta de que estás sólo.
- Estás continuamente rodeado de personas, pero no te sientes cómodo.
- En un evento te conocen, pero no nadie que tu conoces está alrededor.
- Multitudes, parece que pueden hacer que uno se sienta realmente sólo.
- Te escondes ante personas con las que no te apetece conversar.
- Otros entran en tu mapa y lo cambian.
Hazte visible, exponte
En la mayoría de ocasiones vacilamos al dejarnos ver por miedo a ser rechazados, criticados o pero aún, ignorados.
Es posible que está elección implique el riesgo de la vulnerabilidad, significando esto que tu proyecto podría tener fisuras, el business plan no convenciera o tu presentación sea pobre, quizás. Sin embargo, piensa, ¿Qué pasaría si no lo haces y permaneces escondido? La respuesta: nada.
Déjate ver, lo peor que puede pasar es que falles, genial, dispondrás de otra oportunidad para intentarlo.
Photo credit: catharina obeid.
4 comentarios
Los planes de empresa solían servir para conseguir un crédito bancario. Pero raramente la realidad coincidía luego con lo que ponía en el papel.
Hoy día en que los créditos bancarios apenas existen, ¿no sería más sencillo hacer un plan de acción donde se vaya resumiendo lo que realmente haces y las reacciones o feedbacks que recibes?
Amén.
Creo que ese miedo a ser rechazados parte de la inseguridad, de no cumplir con lo que «el sistema» demanda, y eso nos impide SER. Cuando uno se da cuenta que ser libre, se trata, de romper con las estructuras, de ser sencillo, agradecido, despojado (y no hablo de cuestiones materiales, sino también de rencores, envidias, celos) de aceptarse y de no conformar a todo el mundo.. (y seguro que de algo me olvido), es en ese momento que uno ES, que el miedo desaparece, que uno se siente bien consigo mismo y se expone, porque sabe quién es, y se permite fallar, porque sabe que es la forma de seguir creciendo.
El sistema quiere que encajemos para que una vez lo hagamos, nos ignoren como al resto. El miedo no debería estar en no encajar, sino en encajar.