Ese es el paso que voy a dar hoy… Ayer, en una reunión con unos amigos, me preguntaban por qué voy a desconectar durante un mes de redes sociales y otras plataformas digitales. No supe encontrar una respuesta, dije “no sé, no tengo por qué tener una razón».
En otra conversación, esta vez telefónica, cuando conté que iba a convivir durante un tiempo con monjes del Tempo Shaolin, me preguntaron si lo que quería era tomar tiempo para mí. Me pareció una pregunta muy interesante, porque hace unos meses, hubiera dicho que sí. Sin embargo, en esta ocasión me pregunté “Tiempo para mí, ¿pero quién soy yo?” y afortunadamente respondí con un “no sé”.
Desconexión absoluta
Hablé con una amiga ayer, le conté que voy a parar todo – como te lo cuento hoy a ti. Le dije, “es un descanso para el alma, me lo pide”. Por eso hoy detengo mi actividad en Instagram, Facebook, Twitter, LinkedIn, Youtube, Medium, podcasts y hasta incluso aquí en isragarcia.es, y lo hago durante aproximadamente un mes. No tengo una fecha cierta de volver. Todo dependerá de lo que aparezca en el camino – lo cual se convierte en el camino.
Es la primera vez que estaré durante tanto tiempo sin escribir y publicar en mi blog. La primera vez que no habrá un episodio semanal desde que Disrupt Everything podcast nació en 2017 (aunque igual, mañana publico el último, quien sabe…). En ese mismo año realicé un experimento llamado Social Media OFF, en el que estuve ausente en redes sociales durante 110 días, fue un experimento realmente positivo, sano, enriquecedor y muy energizante.
Aquí y ahora
Hoy enfrento esta desconexión como otra gran oportunidad de respirar otro tipo de aire, de abrir puertas y ver qué sucede. Lo diferente es que esta vez no hay experimento, ni desafío, ni prueba, comprobaciones o ninguna razón, objetivo o expectativa. Solo desaparezco, solo estaré totalmente ausente, solo busco aislamiento fuera del ruido (y también señal – en ocasiones) digital. Solo aquí y ahora, solo estar en el otro extremo.
Estancia en el Templo Shaolin
Como mencionaba arriba, entro a un campamento intensivo de entrenamiento en Artes Shaolin (Qi Gong y Kung-fu en sus diferentes variantes, medicina china, Taoismo, meditación y costumbres Shaolin), 8h de trabajo y entrenamiento físico diario, sin incluir cánticos y el tiempo dedicado a meditar (5-6 horas al día). Llevo más de dos años intentando conseguir un permiso y por fin, después de un largo proceso, tengo la oportunidad de entender, aprender y convivir con esta cultura. Luego, volveré en octubre para mi cumpleaños para completar un curso llamado “Monastery on-time” (finalmente fue en 2021 y esto fue lo que aprendí en mi segunda visita.
Activación gradual
Después de estos 10 días, retomaré los compromisos esenciales que ya están adquiridos. El principal es seguir el trabajo, seguimiento y guía con los alumnos del programa online Método Ultraproductividad 2ª edición. Entonces usaré solo el grupo privado que tenemos en Facebook para continuar con el programa. Usaré el correo electrónico durante 20 minutos al final de cada día. Activaré el teléfono durante 45 minutos a media tarde cada día. Y mantendré una reunión semanal de 20 minutos con mi equipo, agentes y socios. Eso es lo que haré hasta el 3/4 de septiembre, y luego ya veremos. Lo siguiente es ir a muerte con la preparación para el desafío social “El Hombre de Alto Rendimiento Holístico” que tendrá lugar a finales de mes.
Deconstruir para construir
En este tiempo romperé la Ultraproductividad, me desharé de todos mis superhábitos, del férreo y autodisciplinado trabajo en el alto rendimiento holístico y de toda la autoconsciencia que le pongo a que vivir a diario sea un proceso de crecimiento exponencial. Solo me dedicaré a estar, a ser, aquí y ahora como fluya y apetezca. Cero responsabilidades, obligaciones y compromisos, excepto los que mantenga en este mismo momento. Restringiré cualquier contacto digital, solo estaré disponible para el aquí y ahora.
Este año he echado en falta la desconexión que siempre suelo hacer en mayo con motivo del Afrika Burn. Así que ahora, tomo un descanso para el alma, para las emociones, para el intelecto y para el físico (aunque sepa que voy a trabajar en cada una de ellas – pero de forma diferente) muy merecido.
Equipaje de un descanso para el alma
Este es mi equipaje para estos días:
- Mentalidad cinturón blanco.
- Actitud “no sé” – desapegarte de incluso tus propios pensamientos.
- Olvidarme de mí (del “yo”)
- Meditar con ojos cerrados y con ojos abiertos.
- Escribir lo que me apetezca.
- Ver, solo ver.
- Conversar conmigo mismo en voz alta.
- No conversar.
- Permanecer quieto.
- Hacer lo que hago, solo hacerlo.
- No acción.
- Dejar que todo pase, no forzar absolutamente nada.
- Darme cuenta de lo que ya está ahí, delante de mí.
En definitiva, bailar con el aquí y ahora, y asegurarme que al final del día pueda seguir diciendo “hoy he vivido”.
«Es propio de un hombre extraordinario y que se encuentra situado por encima de los errores humanos, el no dejar que se les escape la más mínima parte de su tiempo sin aprovecharse de ella (la vida); y por ello la vida más larga es la de aquel que se desprendió de todo cuando la misma le ofrecía para dedicarse por entero a ella” – Séneca.
Gracias por elegirme de acompañante en tu camino, estoy agradecido de que tú me acompañes en el mío.
El viaje continúa.
Hasta que el camino vuelva a unirnos.
Diviértete y si puedes, regálate ese descanso para el alma que todos necesitamos.