Si al final del día, quieres alcanzar algo que merezca la pena y que no hayas alcanzado antes, y quizá otros tampoco. Si es eso lo que buscas, me temo que vas a tener que estar dispuesto a vencer y a hacer cosas que la mayoría de gente no esté dispuesta a enfrentar.
¿No me crees?
Hoy no he podido publicar esta sacudida por la mañana. Ayer pasé 8 horas de reloj desarrollando un nuevo proyecto. Hoy he pasado 3 horas trabajando con mi amigo Nacho Vidal en un nuevo proyecto, 2 horas meditando, 3 horas de consultoría online con clientes, 2 horas dedicadas al programa online Método Ultraproductividad y 4 horas confeccionando la guía sobre cómo ser un estoico maestro de sí mismo de más de 11.000 palabras y basada en todo lo recogido cualitativa y cuantitativamente en el experimento 50 días de Vida Estoica. No he comido, no me he duchado, no he aceptado llamadas, no he enviado emails, no deporte, no he respondido nada. Solo trabajar tanto como he podido.
Y ahora, es cuando me acuerdo de que debería enviar la sacudida de hoy. Por eso estoy aquí.
Dispuesto a vencer (donde y en lo que sea)
Donde otras personas se esconden o abandonan tu debes fortalecerte. Allí donde tus colegas se quedan a medias, tú vas más allá del límite. En ese lugar donde tus acompañantes esperan en la orilla, tú buceas hacia lo más profundo.
Tienes que continuar, si quieres hacer algo extraordinario, tienes que elevar los estándares hasta una altura ridículamente alta. Y luego superar todo tipo de expectativa.
Es ahora cuando hay que decidir, ¿estoy dispuesto a luchar cada día? ¿estoy dispuesto as ser llamado estúpido, un soñador, loco, enfermo o cafre por amigos, familia o compañeros? ¿Estoy dispuesto a lidiar con ese tipo de vida para obtener la vida que realmente quiero?
La respuesta es sí. Caerás, serás ridiculizado, ignorado. Es entonces cuando debes ser humilde y entender que es parte del trato.
Vas a extenuarte, agobiarte, estresarte, angustiarte, ya, lidia con ello. Vas a pasarla «canutas», baila con ello.
Es parte de «esto», el juego de la vida, un test inacabable. Entonces, ante este hecho, solo puedes hacer dos cosas:
Desmoronarte y hundirte en tu propia miseria.
O volverte intratable y dispuesto para vencer.
Atribución imagen: David Melchor.