Para los niños intrépidos que cuestionan a profesores que creen tener todas las respuestas.

Para profesores irreverentes que cuestionan la enseñanza tradicional y lideran con el ejemplo.

Para administrativos que deciden salir de la caja en la que están en búsqueda de más aventura, en busqueda de significado, en búsqueda de su pasión.

Para profesionales del marketing que entregar valor a sus audiencia en lugar de crear una falsa necesidad en forma de espejismo para incrementar la demanda de un producto que no sirve.

Para publicistas que no necesitan manipular audiencias, profesionales que utilizan sus dones artísticos para crear encantamiento y fascinación entorno a un producto o servicio utilitario.

Para conferenciantes que trabajan diez veces más de las que hablan en eventos, para profesionales que hablan en público sobre los resultados que han conseguido en base a años de pruebas, intentos, fracasos y algunos (o muchos éxitos)

Para estudiantes que deciden probar si lo que aprenden es valios o no antes de obtener el permiso de una universidad o un MBA, esos insolentes que deciden colocar su idea en el mundo sin esperar la aprobación de un supervisor.

Para mujeres que cada día sobresalen más que cualquier hombre y dan paso al frente defendiendo sus derechos y accediendo a puestos, negocios y oportunidades inalcanzables para muchos del sexo opuesto.

Para artistas anónimos que deciden mostrar sus destrezas en plataformas como kickstarter, soundcloud, YouTube, Amazon o EBay. Artistas que se preocupan por el resultado y la conexión y no por el aplauso.

Para bloggers que son conscientes de la capacidad que tienen de impactar positivamente en la vida de sus lectores, y entonces actúan en consecuencia.

Para desempleados que deciden dejar las lamentaciones a un lado y salir ahí fuera no a buscar una oportunidad, tampoco a encontrarla que podría ser algo más optimista, sino a crearla. Desempleados que dejaron de fustigarse y empezaron, desde el ocaso, a tomar velocidad, perspicacia y audacia.

Para padres que ven el futuro de sus hijos como una mezcolanza de trabajo real, riesgo, incertidumbre, caos, humanidad, excelencia y creatividad.

Para todos aquellos que piensan que dejar una marca en el universo no es un derecho solo de unos cuantos que nacieron con un don innato o privilegios económicos, sino para todos aquellos que están dispuestos a luchar como el demonio para conseguirlo.

El futuro está abierto para cualquier persona lo suficientemente valiente como para adueñarse de su presente ante toda adversidad.

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