Elige tu reacción de forma cuidadosa, sana y sosegada, como hacían los estoicos.
La vida va a suceder. Lo quieras o no.
El destino tomará su parte, con o sin tu permiso.
La fortuna te llevará donde le apetezca, con o sin tu consentimiento.
Tendrás un plan, una visión, unas esperanzas y expectativas. Incluso te esforzarás para que todo salga “perfecto”. Sin embargo, lo que muy a menudo sucede en la vida es que o bien sucede justo lo contrario o bien no ocurre nada.
Un día sonríes porque las cosas no van tan mal, y al día siguiente lloras porque uno de tus familiares está crítico en el hospital.
Hoy te desesperas por tu situación laboral y mañana vibras de optimismo con la nueva oportunidad que aparece encima de tu mesa.
Mañana estarás emocionado por la respuesta tan positiva de tu comunidad frente a tu nuevo producto online, pero pasado les maldecirás cuando solo un 2% completen el proceso final de compra.
Vas a tener que elegir tu reacción, eso es lo que lo cambia todo.
Tienes una elección que hacer.
Elige tu reacción
¿Qué reacción vas a seleccionar? ¿La desmedida, incontrolable y emocional? ¿O la prudente, coherente y ecuánime?
Séneca decía que “no hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba”. Eso es la reacción, una oportunidad de medirse contra uno mismo, casi a cada momento ¿no es genial?
Es inmensa la tentación de reaccionar erróneamente ante los acontecimientos de la vida, pero no hay nada más dañino e inservible que hacerlo. En cambio, podemos elegir la gracia y la templanza para darnos cuenta que nada va contra nosotros, solo es la vida jugando su papel.
He encontrado que el estoicismo es un gran aliado del Alto Rendimiento Holístico, pues alinea mente y emociones con espíritu, lo cual te lleva a construir una actitud imparable.
Extra: accede a esta guía sobre estoicismo moderno que he preparado fruta de la experiencia práctica.