Primero, recordarte que «hoy es un regalo» y segundo que tú «eres un regalo«, porque estás aquí de nuevo. A las puertas de otra gran aventura en el libro llamado «vivir».
Lo mires por donde lo mires.
No hay duda alguna de que has venido aquí a encantar y a encantarte.
Da igual que nos minimicemos y en ocasiones hasta nos crucifiquemos.
Da igual que nos importe la opinión de otros más de la cuenta.
Da igual que fallemos, seamos un fraude, un impostor o nos sintamos decepcionados con nosotros mismos.
Da igual que insistamos en auto-flagelarnos.
No importa cuánto nos castiguemos.
Tampoco importa cuánto pensemos que nos hemos defraudado.
No importa la decepción dolorosa que sintamos por no haber conseguido algo.
Da igual cualquier emoción negativa, la que sea.
En cambio, al final del día esto es lo que importa:
Eres amado/a, por más o por menos, pero tienes amor.
Amas, a menos o a más personas, pero das amor.
Trabajar porque crees en algo más allá de ti mismo.
Cuando tienes una oportunidad, decides hacer el bien.
Has llegado aquí. Sabiendo todo lo que has tenido que pasar.
La conclusión, eres un regalo
Un regalo que deberías disfrutar cada día, y permitir que gente como tus familiares, amigos o compañeros puedan disfrutarte también.
Porque si no fueras un regalo, ¿qué serías entonces? ¿por qué deberías estar aquí? ¿cómo podrías entonces vivir?
No hay duda, eres un regalo. Y eso pasa por encima de cualquier creencia limitante o ilusión producida por la aparente dualidad.
No olvides, de vez en cuando repetirte soy un regalo, porque créeme estás hecho de los ingredientes propicios para serlo. Además de vivir en el entorno adecuado, y poseer el segundo regalo más increíble después de la existencia de cualquier ser vivo, este momento que va y viene cambiando cada vez.
Ojalá hoy lo recuerdes, mañana, y al otro, y al otro…
Atribución imagen: Enot91.