Solo vivo para no tener que morir

Esto es una parte interesante – e inquietante – de lo que significa vivir:

Vives como si nada, ocupado con tus quejas, pleitos, gimoteos e idioteces materialistas, preocupado por alcanzar una felicidad tan idealizada como la Divina Comedia. Comparando tu vida con la de este, con la del otro, aspirando continuamente a un estatus social tan adictivo como un «chute» de heroína.

Te preparas para gustar, y ser gustado, y al mismo tiempo entras en conflicto e ira con la gente que te ama y amas, porque no te demuestran el amor que secretamente esperas de ellos. Das porque esperas recibir, pero incomprensiblemente desesperas porque rechazas lo que te dan. Tus expectativas te gobiernan. Y entre tanto, siguen pasando los días.

La vida pasa, solo eso

Ahora llegan navidades, cenas de empresa, regalos, villancicos, cotillón y tus mejores galas. Cuatro risas falsas a los familiares con los que no tiene tanta afinidad, cuatro rayas de coca, tres copas y a dar las estrenas.

Luego llegan los Enamorados, Semana Santa, las fiestas de tu pueblo (Moros y Cristianos en Alcoy por ejemplo), un empujón más y estás en vacaciones, unos puentes más y de nuevo navidades. Entre tanto, llenaremos el vacío de nuestra vida con trabajo, alcohol, tabaco, comida u otras adicciones, gastaremos más de lo que podamos y mientras tanto seguiremos soñando, a lo mejor nos toca la quiniela, o tu hijo se hace futbolista, o de repente el Bitcoin baja, tú compras y sube hasta cifras astronómicas.

La vida va bien, la misma porquería de cada día. Y entre cortinas, el ego sin bozal, reconciliaciones que nunca suceden, diferencias insalvables, rencor, odio y pena, todo oculto bajo una coraza que nos carcome a diario, que nos devora por dentro como termitas que se alimentan de tu corazón de madera. Y la vida pasa, niño/a, adolescente, adulto…

Hasta que las muerte nos separa

Hasta que un buen (o mal) día pierdes lo que más amas, entonces tu mundo se viene abajo por haber perdido lo que amabas (no te despediste, se fue muy joven, no le dijiste «te quiero», debías haber pasado más tiempo con él/ella, haberle perdonado, podías haberle apoyado más, haber creído más en ella/él, etc.) y con miedo por poder perder lo siguiente que más amas. El resultado, no vives ni de una forma ni de la otra. Es decir, no vives en absoluto. 

qué es lo que significa vivir y qué es lo que significa morir - Isra García

11 hecho exonerables sobre la vida

Amigos, amigas, familia, colegas, compañeros, amantes, críticos, algo sobre lo que significa vivir (y morir):

  1. Somos necios, actuamos como si fuéramos a vivir para siempre. 
  2. Vivimos en una vida finita como si fuera infinita.
  3. Estamos de paso, unos un paso más corto, otros más largo, pero todos de paso.
  4. Nadie sabe el tiempo remanente.
  5. Nadie sabe quién va a ser el próximo.
  6. A nadie le dan un aviso claro de cuándo es el momento (salvo excepciones muy puntuales y repentinas)
  7. No, en la mayoría de ocasiones, no es justo. Lo sé, pero eso no cambia nada.
  8. Y cuando es el momento de marchar, nos aferramos a ello como si no fuera justo, tan surrealista como realista.
  9. Vivimos apegados a la vida, lo cual nos genera un sufrimiento eterno. 
  10. Obviamos la muerte, como si no fuera a pasar, lo cual nos genera un miedo al miedo, y vivimos con ese miedo hasta que un día se hace realidad, porque adivina qué, un día, mueres.
  11. Y lo peor de todo, ignoramos las pistas que nos dejaron los miles de millones de personas que han vivido y muerto antes que nosotros. Y todavía peor, les deshonramos a ellos (desconocidos, si, lo sé) y a los que nos arrebataron antes de hora y a los que se fueron cuando tocaba (estos si te tocan ¿verdad?)

Eso es.

Qué significa vivir: morir

Vivir es ineludible. Implacable, insalvable, inamovible, indescriptible, imposible de juzgar, así como lo es su antagonista, la muerte. Solo he tenido que perder a una persona para darme cuenta de ello y mucho más, y te prometo, que no se me olvida ni un solo día, por eso estoy escribiendo, porque escribo para mí (en realidad, me da igual lo que decidas hacer, cómo llevar tu vida o qué hacer después de leer esto). Escribo para recordarme que voy a morir (tarde o temprano, mañana, dentro de un año o dentro de quince, pero llegará el día), tal y como pasó un día como hoy, hace ya demasiados años, a mi hermano Gilberto.

Vivir es morir, y morir, es vivir. Las dos cosas son lo mismo, no hay una sin la otra.

Aprovecha y honra tu «chance»

Así que, maldita sea, haz el bien, se generoso, vacíate, regala tu talento, perdona, ámate, ama y déjate amar, sé jodidamente vulnerable y frágil, Actúa como piensas, piensa como actúas, da sin esperar, come la mierda que tengas que comer (por otros y por ti), vive una vida virtuosa, con integridad, lealtad, justicia y coraje, y sobre todo, ataca, ataca a la vida, ataca al miedo, ataca a la pérdida, ataca a tu mente saboteadora y ataca.

En todo lo que he vivido, solo conozco una forma de vivir que realmente corresponde a lo que tenemos frente a nosotros, soy hay una manera posible de llevar una gran vida, vivir «a muerte».

«A muerte», eso es lo que significa vivir. Es una bendición y al mismo tiempo una maldición, baila con ello.

Pd. Fuiste, eres y serás el mejor regalo de mi vida, granuja.

Atribución imagen: Looker Media.

PARTICIPA EN UN PROGRAMA EVENTO, EXPERIENCIA, TALLERES TRASCENDENTALES DE ISRA.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados

Completa tus datos y un miembro del equipo de isra te contactará

Si estás tú, tu empresa, evento o proyecto, listo para Isra, él lo está para ti. Descubre cómo el arte de Isra puede impactar en tu misión y propósito: como conferencista más de 13 años y más de 400 conferencias, como consultor para más de 70 marcas, como formador en más de 500 sesiones, para liderar retiros disruptivos para líderes y equipos creativos y directivos, o acompañamientos «uno a uno» como ha hecho con más de 7.000 personas.