No escribo mucho aquí sobre mi familia, no soy un entusiasta de estar continuamente alabando a amigos, familiares y seres queridos por las redes sociales. No felicito cumpleaños por Facebook o twitter – salvo raras excepciones de personas a las que no puedo alcanzar con un contacto más directo – llamo por teléfono o voy donde estén a darles una sorpresa divertida. No expongo mis relaciones personales en Instagram, hago que esas relaciones personales sea vibrantes ardientes e intensas en la vida real.
Nada de esto es mi propósito. Sin embargo, no tienes que tirarme de la lengua para decirte que lo único que me atemoriza en este mundo es que la gente que amo sufra o hablarte de lo mucho que amo a mi madre (feliz cumpleaños), mi abuela y mi abuelo, mi hermano (feliz cumpleaños también), tía, tío y primos. En definitiva, aquellos que me quitan el sueño.
Merece la pena recordar; solo porque no te muestro esa parte no significa que no sea la más importante para mí y que influya determinantemente en la manera que lidero mis negocios.
Más que nunca, soy más familiar, casero, más conectado, más cariñoso y más parte de la vida de mi familia y mejores amigos que nunca antes en mi existencia. Y trabajo en vacaciones, navidades, puentes y cuando otros descansan – y a veces duermen. Y mis vacaciones favoritas son en mi casa. Y no me gusta recibir visitas en casa. Y mi ropa favorita es el pijama.
Photo credit: Kristina Alexanderson.