12 lecciones de amor transformadoras que me llevo de las mujeres que han pasado por mi vida

Escribo esto desde El Viaje parte IV, África, hoy en Luxor, Egipto.La noche ha caído, me encuentro en un crucero de cuatro días por el Nilo. Pienso sobre todo lo que he aprendido gracias a las mujeres con las que he compartido partes de este viaje llamado existencia. Es algo más personal, algo que he aprendido de unas cuantas mujeres que han pasado por mi vida. En realidad de todas, porque cualquiera de ellas me ha aportado algo importante. Son lecciones de amor que han cambiado mucho en mí

En la última década, he tenido cuatro o cinco relaciones esenciales, no excesivamente largas, luego unas cuantas relaciones a corto plazo, muchos encuentros esporádicos, desde enero de 2017 a diciembre de 2017, cero contacto, en ese momento conocí a una mujer fantástica.  He pasado por relaciones plenas, no tan plenas, otras donde he estado absolutamente colgado. Algunas he sido rechazado (bastantes). En otras he sido sorprendido. He pasado por todos los estados, presente, en mi cabeza, abierto, cerrado y en conflicto.

Sin embargo, a través de este viaje, he tenido algunas revelaciones. Estas son las que comparto contigo. En parte porque podrían ayudarte, otra parte porque es mi compromiso de vulnerabilidad con cada persona que lee lo que escribo, pero mayormente, porque es bueno que le dé el aire.

12 lecciones de amor que me han impactado

lecciones de amor que cambiarán tu vida

1. El amor no es una batalla, pero tu cabeza si lo es

Lecciones de amor parte 1. Sí, el amor con una mujer puede ser como colocar tu pie en un campo lleno de explosivos, y eso es lo que muchos pueden sentir. Pero, al final todo está entre nuestras orejas, eso es lo que nos da esa experiencia y sensación. Nuestro pensamiento, controladores, nuestro cableado, definiciones, inseguridades, o creencias sobre nosotros mismos. Todo ello formado desde una historia que incluye experiencias pasadas con otras mujeres.

La destrucción es real, pero desde donde viene no es desde el propio amor. Viene desde nosotros mismos. La toxicidad no viene del amor por una mujer. Viene desde una falta de auto-consciencia, herramientas y la dinámica de estar en una relación. Los celos no vienen del amor. Vienen de nuestras propias inseguridades. Crear suposiciones y llegar a nuestras propias conclusiones basados en nuestros sentimientos en lugar de hechos, tampoco viene del amor. Eso proviene de una distorsión cognitiva.

Tal amor no es un campo de batalla, aunque lo parezca. El campo de batalla está dentro de nuestra cabeza, en la mente. Y si no es en tu mente, está en la de ella. O en la de ambos. Lo que está pasando en tu cabeza crea el sentido de que estás en zona de guerra. He aprendido a tener mucho cuidado con mis patrones de pensamiento, también a cuestionar lo que es verdad, lo que es distorsión y aquello que es un residuo del pasado.

2. Desenamorado de perfecto

Lecciones de amor parte 2. Ya, todos queremos la pareja perfecta. Si esa es tu jugada final, vas a estar en la jugada final para toda tu vida. Ninguna mujer es perfecta, como tampoco lo es ningún hombre. Sin embargo, nuestra búsqueda por perfecto continúa, y lo que es peor, nos hace juzgar y e ignorar personas y evitar un montón de situaciones “qué hubiera pasado si…”. He aprendido a desechar todas mis definiciones, etiquetas, y lo que creo que es “ideal”. Encuentra tu océano o estarás pescando en una piscina de plástico barato del tamaño de una bañera.

Sí, hay ciertos tipos de mujer por los cuales me siento más inclinado, pero es importante que permanezca abierto. Perseguir “perfecto” solo me devolverá la misma experiencia amarga de otras veces. Porque nuestra definición de perfecto no ha cambiado, el mundo y las mujeres sí. Esa definición es la misma desde el colegio. Es el tiempo de tirar de la cadena. No hay crecimiento o evolución en las experiencias que se repiten. He aprendido a eliminar “ideal”, “perfecto” o “lo que tenía en mente”. Estás buscando algo por lo que no te has sentido atraído/a nunca antes. Buscas nuevo, fresco, diferente. Porque en esa nueva ventana está el aprendizaje, las revelaciones y el descubrimiento. Eso es el amor. Nuevo, no repetido.

3. Las citas son divertidas y estimulantes

Lecciones de amor parte 3. No lances tomates todavía. En general, las citas son un desastre. Sí, estoy de acuerdo, pero pueden ser divertidas. Realmente. Es posible, yo he estado ahí, tú también. Con la correcta actitud, una cita, incluso aunque salga fallida, puede ser estimulante. El gran error que todos cometemos con el proceso de conocer a alguien por primera vez, son las temibles expectativas. Hacemos Tinder / DM / Instagram / Skype / FaceTime y de repente estamos completando todos los espacios en blanco con la información que nos gustaría a nosotros, no con la que en realidad es. Imagino cómo será la otra mujer, cómo será estar en una relación con ella, qué tal actuará en la cama, cómo eran sus amigos. Y lo que hago es prepararme para la decepción.

Las expectativas crean montañas gigantes de las cuales caerás cuando no se cumplan. Y con casi toda probabilidad, las expectativas no se cumplirán. Así que en lugar de esperar e imaginar, me enfoco solamente en la excitación de encontrarme con una nueva persona por la que siento algo de afinidad. Por conocer su historia, qué puedo aprender y hacer algo nuevo junto. Y si por el camino hay química y atracción, es un extra, eso que me llevo. Pero si no, ojalá nos riamos y sea un buen momento, y aprendamos algo los dos. Cada día soy más agradecido cuando una mujer quiere conocerme, de forma genuina, e invertir tiempo conmigo (el tiempo, el mayor activo del mundo). Conocer a una mujer no va sobre encontrar tu alma gemela. Es sobre intercambiar historias y vivir nuevas experiencias. Desapégate del resto.

4. No invertir tiempo en la más mínima duda

Lecciones de amor parte 4. No invierto ni un ápice de tiempo en una mujer que duda sobre mí o sobre vernos. Si duda, al palco.

Creo que las relaciones ya son lo suficientemente duras. Si tengo que convencerte de que nos veamos o hagamos algo juntos o tengamos sexo, joder, esto se convierte en una pesadilla. ¿Cómo crees que será el resto? Al palco. Cuando alguien está inseguro sobre nosotros, la inclinación natural es hacia convencerles de que nos quieran porque eso significa que merecemos la pena y somos una buena elección. Al carajo con esta m*****.

Somos queridos. Somos valiosos. Geniales. Somos deseados. Pero no estamos pensando sobre cómo nos gustaría que fuera la relación. Te lo digo. Va a acabar pronto y no muy bien. He aprendido – todavía más desde que abracé el estoicismo como filosofía de vida – a parar de “perseguir” (ir detrás) mujeres. Nunca funcionó, ni funcionará. Desgasta y te consume. Nos conocemos, cuando construyamos algo que merece la pena, iré al polo norte con pantalones de deporte por ti si hace falta. Pero, la ambivalencia no tiene cabida, ni tu tampoco.

5. Las relaciones son como pelar una cebolla, no como masticar una manzana

Lecciones de amor parte 5. La primera capa no es amor. Es infatuación. Piel. Lujuria. Desenfreno. Conexión. Química. Mariposas. Todas las posibilidades de algo que podría ser. El amor no sucede hasta que no profundizamos unas cuantas capas más abajo. Hasta que no vemos lo más profundo y lo aceptamos, lo abrazamos y elegimos amarlo conforme es.

Pienso, con mi experiencia, aprendizajes, que todos estamos buscando ese sentimiento “acabo de enterarme” o “esto no lo sabía”. Al mismo tiempo que buscamos el sentimiento “me iría contigo al fin del mundo”, sentimiento contrapuestos. Sin embargo, los sentimientos solos no construyen relaciones significativas y duraderas. Hay conexiones químicas con personas, y eso es genial. Significa algo, pero necesita que descubramos más y más, descubrir mejor que encontrar. Significa que se necesita más que un cruce de miradas y la complicidad.

Este lío tan grande llamado amor, es ir a través de todas las capas experimentando y viviendo la persona en su totalidad, no solo una parte. Adentrarte en la parte oscura y caótica. Entrar en la mierda juntos, de la mando, aprender, crecer, luchar, resistir y moldearse el uno al otro durante ese viaje.

6. Si alguien quiere estar contigo, lo sabrás simple

Lecciones de amor parte 6. He escuchado (y he puesto) demasiadas excusas en por qué no pueden ser más cariñosa, no puedes venir conmigo, no puedes estar más alegre, y algunas de ellas serán ciertas. Pero he aprendido que si alguien quiere realmente estar contigo, todo se irá por la ventana. No habrá excusas, impedimentos, bajones o malas rachas. No me refiero a personas que toman decisiones sanamente fuertes de no perseguir una relación tóxica. Eso es algo bueno que sucede a menudo. Hablo de personas que dicen que quieren estar contigo pero no lo demuestran (no porque creen que es tóxica la relación) porque no pueden. Algo así como “no estoy lista para una relación”, “no sé cómo reaccionar”, “no estoy en mi mejor momento” o “en la última me hicieron mucho daño”. Bazofia.

Está bien, incluso aunque no estés lista para una relación, todavía no dejarás a alguien si realmente sientes algo. Porque todos queremos amor y sabemos cómo somos de raros. Así que nos lanzamos a la piscina, de cabeza, incluso aunque no “estemos listos” porque la lógica en estas situaciones toma un segundo, tercer o cuarta plaza. Y sí, el miedo a intimar es algo real y las personas saboteamos las relaciones, muy a menudo. Tenemos miedos, estamos preocupados, atemorizados. Suponemos, asumimos. Dudamos, pero si alguien te ama, lo sabrás. Harán ese tipo de esfuerzo (muy sutil a veces). Intentarán. Se comunicarán. Se abrirán. No se esconderán . Así que la próxima vez que una mujer (o esto para mujeres, un hombre) diga: “no estoy lista”, “poco a poco”, “no sé qué me pasa”, etc. lo que en realidad están diciendo es “no estoy enamorada/o de ti”.

Solución: al palco, rápido.

7. Nadie está jodidamente preparado para una relación

Lecciones de amor parte 7. Pienso que mis relaciones con una mujer de hoy es como tener hijos. Nunca estaré listo. Lo que sucede es que te lanzas y haces que las cosas funcionen cuando lo sientes. ¿Cómo es eso de estar “listo” para una relación? Que alguien me lo explique. Estoy listo para amar y ser amado, sí, pero eso es otra cosa. No me hables de libros de autoayuda, artículos de coaches expertos o los seminarios de Tony Robbins, por favor. Todo ello ha creado una imagen falsa de cómo deberías ser antes que decidas a amar a alguien. La verdad, mi verdad, es que nunca sabré cuándo encontraré a una mujer que desmonte toda mi lógica como una bola de papel y la arroje a la papelera. O quizá es alguien que ya conozco que de repente empiezo a ver de forma distinta y empezamos a tener pensamientos románticos (y ardientes).

Mira – o lee – desde de lo que sé sobre la vida (de esto sí sé bastante más y no sobre las mujeres), viene cuando menos lo esperas o cuando “no estás listo”. Así que ¿qué es lo que haces? descartas una oportunidad de iniciar algo nuevo porque leíste en el horóscopo que los libra no se llevan bien con los Leo. La madre que nos parió. Somos dinámicos, siempre cambiantes, evolucionando, aprendiendo, bailando en la porquería, viviendo despiertos, fracasando, levantándonos, hiriéndonos, curándonos, dejando marchar, perdonando.

No hay nada que se parezca a “estar listo para amar a una mujer”. Porque nunca seré más perfecto, sí menos, seguro. Porque no hay “perfecto” Así que lo que queda es amar de forma tan auténtica como podamos con lo que tenemos. Como tus padres y tus abuelos – y los míos – hicieron.

Las buenas noticias, cuanto más inviertas en ti mismo, más podrás aportar. Este es un proceso que nunca termina. Así que “estoy listo” no existe. “Estoy abierto a la posibilidad de que algo ocurra” es más mundano y real.

8. Sostener y no tomar

Lecciones de amor parte 8. Una mujer increíble me dijo una vez que el amor se sostiene como sostendrías un puñado de arena, con las dos manos abiertas. Amo esta metáfora, me recuerda a mí mismo cuando entro en una relación.

Muchas personas toman el amor y entretanto se resbala de entre sus manos. Porque tomar es sinónimo de control, planes, definiciones, etiquetas y juicios de valor. Las personas pensamos que tomar el amor es lo que significa amar de verdad. No, es lo contrario. Piensa sobre el amor, como un pajarito que tratas de alimentar. Persigue el pajarito y este siempre escapará. Cuanto más intentes agarrarlo, más rápido volará de tu lado. Pero si sostienes su alimento, el pajarillo vendrá a ti y será hará un amigo inseparable. Cuanto más confíe en ti, más frecuentemente vendrá a tu encuentro. Pienso que el amor con hoy es igual. No es algo que puedo tomar, es un espacio para sostener. Y en ese espacio, el amor florece.

Tomar el amor siempre prevendrá el crecimiento. O luchas o vuelas, que desgaste. Rompe la confianza, hace que las personas vuelen.

Sostenlo.

No lo tomes.

9. Puedes amar de verdad, si quieres

Lecciones de amor parte 9. Primero, hay que definir que es amar de verdad. Amar de verdad no necesariamente significa preocuparme más por la mujer que amo. Amar de verdad podría significar darle más espacio o anteponerla a muchas de mis prioridades. Mira, amar de verdad podría significar examinarte a ti mismo y ver esos comportamientos poco sanos que la dañan. Amar de verdad podría significar aceptación. Podría significar trabajar más y mejor en ti. Amar de verdad podría significar dejar marcha – situaciones – e incluso a ella misma. Amar de verdad podría significa no abandonar.

Pregúntate como yo lo hice conmigo mismo, qué es amar de verdad para ti. Un buen sitio donde empezar es ¿das o tomas? Muchos hombres creen que están dando cuando lo que están haciendo es pidiendo y tomando. Solo. Si usas el amor para hacerte mejor, estás tomando. Si usas el amor para controlar a alguien, estás recibiendo y tomando. O para llenar los vacíos que hay en ti, adivina. Dar es compartirte a ti mismo a la otra persona. Es entre los dos ser uno. Dar es siempre y primero mirarte a ti mismo. Dar es aceptarla por quién es.

10. No hay que desistir

Lecciones de amor parte 10. Todos hemos sido rechazados. En mi caso muchas más de las que he “triunfado”. Todos hemos sido heridos, aunque cada vez duele menos. A todos nos han sacudido el corazón y nos lo han roto, yo recuerdo dos en los últimos tres años. Todos hemos hecho algo que causó que todo terminará más rápido de lo normal. Vaya que sí. Todos hemos hecho algo que no tuvo sentido, no podría enumerar las veces que a mí me ha pasado. Todos hemos sido engañados. Nadie se salva. Manipulados. Abandonados o plantados. Y después de un tiempo, muchas de esas experiencias juntas, toman el control y hace que paremos de creer. Nos apartamos de las relaciones y el amor, nos han hecho daño ¿en serio?

Hay una cosa aquí. Lo que creemos será la dirección donde vayamos. No solo con el amor. Es con todo en la vida. Nuestras creencias determinan nuestra experiencia. Así que, si paramos de creer en la persona de nuestros sueños, nunca la encontraremos. La relación con esa persona, será una idea. Un libro. Un anuncio. Un post en Facebook.

Queridos lectores, damas y caballeros, debemos seguir creyendo. Tenemos que creer, si no es por ti, entonces por nosotros. Porque si paramos de creer, esta chispa tan increíble se extinguirá y entonces, seremos latas de refrescos vacías sacando fotos para colgarlas en Instagram.

Pienso que hay dos sensaciones y estados que están por encima de todo lo demás, la libertad y el amor por la persona que amas. Eso es la vida.
Y en este caso, los hombres y mujeres, nos enseñamos a vivir los unos a los otros.

11. “Pensador” con “pensadora” es demasiado peligroso

Lecciones de amor parte 11. Generalmente hablando, hay dos tipos de personas, “pensadores” [Thinkers] o “sentidores» [Feelers]. Juntar a un “pensador” (yo mismo) con una “pensadora” no va a funcionar, comprobado. No una vez, no dos, no tres, unas cuantas más. Esto no significa que mezclarte con una “sentidora” [feeler] sea acierto asegurado, claro que no. No obstante, hace las cosas un poco más fáciles. Imagina dos personas analíticas a la hora de decidir, a la hora de un problema, a la hora de darle vueltas a las cosas. Cualquier cosa se vuelve más racional, y eso no siempre es lo apropiado. Es como dos “sentidores” juntos, una bomba de relojería. En la mezcla está el equilibrio casi perfecto. Eso es lo que he aprendido, a raíz de experiencia y resultados.

12. Que fluya – estoicismo y ecuanimidad

Lecciones de amor parte 12. Si no aparece, no ha aparecido. Si cancela una cita, cancela la cita. O si no quiere verme, no quiere verme. Si es solo sexo, es solo sexo. No le demos más vueltas. No es más, ni tampoco es menos, es lo que hay. Claro, no va a cambiar y si tratas de forzarlo, tanto tú como la otra persona, acabaréis mal parados, quizá el que fuerza es el que peor parado sale.

Si el amor surge es por qué tenía que surgir, no recuerdo una sola relación, larga o esporádica que sucediera porque se insistió demasiado. Si te rechazan, te han rechazado. Y si te es infiel, te ha sido infiel. No busques los tres pies al gato, porque lo único que harás será martirizarte, malgastar tiempo y energías. +

Cuánto he sufrido – inútilmente – hasta aprender esto. A día de hoy mantengo ecuanimidad en cuanto a mis relaciones. Si me enamoro genial, mejorará mi vida, si no me enamoro, genial, mi vida ya está lo suficientemente mejorada. ¿Por qué estoicismo? Porque parto del fundamento principal de la filosofía estoica, no puedes controlar lo que no puedes controlar, pero sí puedes controlar tus pensamientos, tus reacciones, tus acciones y tu comportamiento.

Si algo ha pasado, es porque tenía que pasar, no te apegues a ello. (Sirve para cualquier aspecto de la vida)

¿Cuáles son tus lecciones de amor a día de hoy?

Hasta día de hoy, desde hace mucho mucho tiempo, es uno de los posts más largos que he escrito jamás. Será por algo.

¿Y las tuyas, qué te ha cambiado y te ha hecho aprender lo que has vivido con los hombres o mujeres que han pasado por tu vida?

Atribución imagen: Google.

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