Esta es la práctica – no la teoría – sobre aquello que ayuda a una empresa, en términos de marketing, publicidad, innovación y negocio, al crecimiento actual en este entorno:
- El mejor marketing no es publicidad, es un producto excepcional y magníficamente diseñado.
- La mejor manera de contactar a tus usuarios es ganando el privilegio de contactarles, a través del tiempo, y el valor.
- Hacer productos para tus clientes es mucho más eficiente que encontrar clientes para tus productos.
- Ideas que saltan de personas a personas son más efectivas que la publicidad vertical de la mayoría de as grandes marcas.
- Más información (o datos) no es lo que importa. Información (o datos) para servir promesas explícitas si es lo que importa.
- Los productos básicos ya no pueden esperar crear una marca rentable con elementos mediocres, como esos ingles tan repetitivos y más y más ruido creado por anfitriones que entre programa y programa (o intermedio e intermedio) parlotean sobre esa marca.
- Las agencias que buscan grandes bases de personas que amasan sus redes sociales para luego venderlo a un gran postor nunca crecerán. Las agencias que trabajan sobre un segmento centralizado de personas identificadas, reconocidas y tratadas individualmente, con intereses concretos en algo, podrán capitalizar esa inversión.
- Ningún mercado es creado hasta que otro es destruido.
- La innovación no es cosa de la tecnología tiene que ver más con la capacidad de tomar decisiones a la velocidad de la luz.
- Las organizaciones que celebran su excelencia (como Cosmopolitan, Where is the Limit, Vogue o Forbes) continuarán sobresaliendo, porque la mejor publicidad es la publicidad que echaremos de menos si mañana no aparece. Eso es parte del crecimiento actual.
Photo credit: Steven Depolo.