Es muy probable que de pequeños nos enseñaran que las Navidades son para dar. Más tarde entendimos el «por qué»: ofrecer lo mejor que tenemos a quienes amamos, no porque queremos reconocimiento o reciprocidad, sino simplemente porque nos preocupamos. Por pura generosidad.
Desafortunadamente muchas empresas y negocios no se acuerdan de esto o no lo aplican. Y quienes lo aplican, tan pronto como ese gesto bello y noble va a suceder, toman un smartphone y capturan el momento para subirlo a Instagram o Facebook. Entonces ese grandioso gesto de pura generosidad pasa a ser otra transacción más.
Una historia de pura generosidad
Hace unos días fui testigo en primera persona de un momento de generosidad absoluta. Natasja, la facilitadora líder de Synthesis retreat, se ofreció a ser mi guía espiritual sin querer recibir nada a cambio. De hecho, la condición de hacerlo fue que no podría haber ninguna deuda emocional, espiritual, económica, o de ningún tipo. No supe cómo reaccionar hasta un día después.
El único requerimiento fue “sigue con tu vida, sigue ayudando a cambiar las cosas que importan Isra, sigue impactando en la vida de otras personas”.
No hubo una campaña elaborada, ni hashtag, ni transacción. Me dejó profundamente impactado y conmovido. Su gesto me cambió como pocas personas lo han hecho en este último tiempo.
Este tipo de generosidad es un regalo tan poco frecuente porque demuestra tres cosas muy raras de encontrar:
- Te
veo , teleo y teentiendo . - Te
valoro , valoro loque haces . - Haz lo mismo por otras personas que podrían necesitarlo.
Pura generosidad como estrategia empresarial
Ahora que es Navidad (y eres un poco más sensible a estas historias) quizá podrías hacer algo parecido por tus clientes o audiencia. Encuentra un libro, taller, campaña, acción, servicio o gesto que sientas que puede empoderarles a ser mejores. Hazlo por ellos, regálalo porque puedes. Haciéndolo formarás parte de la historia que contarán a otros.
No hagas esto porque te interesa, no busques a los más influyentes, ni a los que más te compran o a los que más gastaron. En lugar de eso, crea un pequeño instante de magia para cualquiera. Poténciales a saltar más alto, ellos se encargarán del resto.
Algunas preguntas para ti y tu empresa:
- ¿Cómo hacer que tu marca siga esta forma de actuar y cree un momento así de especial ahora en (o después de) Navidades?
- ¿Cómo crees que podrías apoyar a tus seguidores de forma que sepan que tú sabes que son capaces de hacer cualquier cosa que se propongan?
La tentación de capturar cada momento y hacerlo “comunicable” es un desperdicio de generosidad y humanidad. Debería ser cómo el espíritu verdadero de la Navidad (ese 90% abandonado), el de regalar tu generosidad a cualquier persona, solo porque podrías transformarla aunque fuera un poco.
Atribución imagen: Antoine K.