El enemigo del rendimiento óptimo

Imagina que un amigo tuyo intenta ponerse en forma y trabajar en alcanzar un rendimiento óptimo. Cada día va al gimnasio, realiza su entrenamiento, sigue una muy buena alimentación, cuida su cuerpo. Hace deporte de forma consciente y continuada.

Entonces ambos os vais de vacaciones,

Él intenta mantener su rutina actual. La primera mañana, va al gimnasio del hotel e improvisa, trata de encontrar ejercicios sustitutos para su plan de entrenamiento. Lo mismo sucede con la alimentación, trata de comer lo sano que come en caso. En unos días decide abandonar en ambos casos, y se rinde a los fabulosos margaritas que sirven en el bar de la piscina, así como a los buffets ostentosos y copiosos de los restaurantes, de esta forma es más fácil esconderse. Busca distracciones y excusas para suavizar el dolor que produce fallar.

Considera el primer escenario – un plan de alimentación con plan deportivo que realizas en tu hábitat por defecto. Es una gran idea, es una buena práctica, está apuntando a un rendimiento óptimo proactivo. En cambio, el segundo caso, describe una escena reactiva de esfuerzo y pérdida.

La reactividad es el enemigo del rendimiento óptimo

Por qué la reactividad es el enemigo

Escenarios similares entran en juego cada día, y todavía más notorios, cuando se trata de ir en búsqueda del alto rendimiento. Ya sea en casa o en el trabajo. Si te das demasiado permiso, te vuelves perezoso. Si intentas despegar sin un plan, sin una razón-motivación y sin autoconsciencia, acabarás abandonando en unos 9-10 días. Hay más, si te despiertas cada mañana y lo que haces es reaccionar a estímulos externos y mecanismos de atención improductivos (smartphone, email, WhatsApp, noticias, etc), no tendrás ese impulso necesario para ganar el día. Y si por la noche vas a descansar enganchado a lo que no puedes controlar, agitado con el trabajo, con proyectos o fechas límite, tu descanso será de muy baja calidad. Eso irremediablemente repercutirá en el día siguiente.

Respira la proactividad y entonces, el rendimiento óptimo

Sin embargo, si eres proactivo (iniciativa descomunal por favor), si estructuras y sistematizas, y adoptas el estilo de vida experimental de un “high-performer”. Es decir, si trabajas cada día de forma determinada y diligente en cuerpo, mente, emociones y espíritu, no hay dudas (está demostrado) que serás imparable todo el día. Requiere algo de tiempo, pero merece la pena.

No te importará si estás de vacaciones, viajando por trabajo, con la familia, en clase o en el trabajo. Porque estarás siendo proactivo en lograr un equilibrio que te ayuda rendir de forma holística.

¿Cómo hacerlo? Desarrollando una rutina de alto rendimiento que combine el trabajo en las cuatro dimensiones.

Pd. Si buscas rendimiento óptimo, si buscas desarrollar esas rutinas, ese trabajo en el alto rendimiento holístico, tengo una propuesta con la que ayudar… Considera participar en Stand OUT Program 2019 (Alicante, Madrid, Ciudad del Cabo y Bogotá – o llevarlo a tu empresa). Si resuena, contacta conmigo aquí.

Atribución imagen: Mark Nye.

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