La mayoría de las cosas que se promocionan, se venden o se anuncian no son de vida o muerte. ¿Entonces, de dónde viene toda esa presión, necesidad y deseo? De los roles de estado, del estatus.
Hay algo claro, una vez que sepas esto, ya no podrás no saberlo.
Primero, quiero asegurarme de que estoy hablando claramente: estamos tratando con el estatus, no el estatus social. El estatus incluye el «estado de ánimo» general.
Por ejemplo, el estatus de un estudiante graduado cambia de estudiante a graduado. La posición de una pareja cambia cuando tiene un bebé. El estatus de un niño que empieza a hablar es cambiante. O el estatus de un chaval que compra su primera moto cambia. En cambio, el estatus de un hombre que va al barbero de siempre se mantiene. También se mantiene el prestigio de un chef de cocina que da las órdenes del día a su equipo de cocina.
Ninguno de estos ejemplos significa necesariamente que una persona en la sociedad sube o baja de nivel (o se queda donde está). Cuando pensamos sobre el estatus, estado, posición, prestigio o reputación lo hacemos como su propia condición.
Roles de estado como arma de manipulación
El cambio, de forma usual, lleva consigo una conexión que va con la percepción sobre los roles de estado. Bien reforzamos el papel percibido comprando o suscribiéndonos a algo (de esa forma sentimos que estamos de vuelta donde pertenecemos), o bien cavamos incluso más profundo y participamos en algo para pasar a un nuevo rol de estado (lo cual es estresante).
Los roles de estado llevan a presión social, bullying, expresiones de dominación y subordinación. Los roles de estado cambian las palabras que usamos, las inversiones que realizamos, la forma en la que vivimos y vemos el futuro, cómo compramos y por qué….
La persistencia de los roles de estado es parte del corazón de una cultura estable. Hacemos las cosas para otros (y para nosotros mismos) para obstaculizar la movidlidad social. Algo que hemos estado haciendo durante generaciones.
Sin embargo, la movilidad social es mucho más que siervos contra terratenientes. Es el orden jerárquico en las instituciones religiosas. Es el desafío que las personas tienen con los sistemas de aprendizaje basados en la no autoridad. O las políticas desaprobadas por el «pueblo». Como profesiones del marketing, es vital ser consciente sobre la importancia que los roles de estado juegan. Además de actuar sobre lo que estamos haciendo para influenciarlos.
Práctica – responde a estas preguntas:
- ¿Cómo ven sus roles de estado las personas que buscas impactar?
- ¿Quién está intentando subir? ¿Quién se queda donde está? ¿Y bajando?
- ¿Les estás ayudando a hacer esos movimientos?
- ¿Cómo de duro trabajarán para encajar en la percepción que tienen de su estatus?
Pd. Si quieres entender y practicar el Marketing de impacto, considera venir mañana a ESIC Marketing Summit (Málaga). Las otras opciones son SOP, dónde y diseñaremos un plan completo. Y el programa Inconformistas, donde desarrollaremos una operativa para llevarlo a cabo. Si resuena, conecta aquí.
Atribución imagen: Mark Miller.