La naturaleza de la mayoría de cosas, estadísticamente, encajan en una curva de campana, con unos pocos ejemplos en los extremos de cualquier rasgo dado. Lo mismo sucede en cómo las personas adoptan y enfocan nuevas ideas: la mayoría de personas esperan, mientras una minoría evita lo nuevo, y otra minoría ya está probándolo. Tienes que saltar el abismo y llegar a los disruptores…
En esta carrera fratricida por conseguir clientes e impactar positivamente, la tentación es dirigir el marketing hacia la multitud, es decir, hacia la persona media.
Apunta a los disruptores
El problema aquí es que la persona tipo no está lista para aceptar el cambio y evolucionar con él. No está tan preparada como pueda estar esa minoría que está sedienta de disrupción, impacto y cambio. Si apuntas al primer grupo, es muy probable que falles. Es por eso que es mejor conectar con la minoría, en lugar de perseguir multitudes. Hablamos de ese pequeño grupo que quiere intentar lo nuevo, los disruptores. Eso es lo que identificamos cuando creamos Stand OUT Program en 2013.
Alerta para las personas y empresas que no viven en los extremos: esto significa que lo que crees, lances o desarrolles tiene que sentirse como arriesgado, extremo, radical, improbable, incluso para ti.
Si mantienes ese trabajo y la promesa que hiciste por el tiempo suficiente, lo que sucederá, de forma eventual, es que la mayoría escuchará sobre tu producto/servicio. Verán que estás encantando a otros, y se sentirán seguros para probarlo por ellos mismos.
Sí, es fácil imaginarte que tus clientes son diferentes, pero eso no me vale ni a ti ni a mí. ¿Qué pasaría si tuvieras que tratarles diferente? ¿O qué pasaría si solo pudieras servir un 5% de las personas que estás atendiendo ahora mismo? ¿A quién elegirías impactar? ¿Qué harías diferente sobre lo que serías capaz de ofrecerles?
Salta el abismo entre la masa y la individualidad
La trampa mas grande que el marketing puede enfrentar es la tentación de intentar encantar a la masa.
La mejor forma de hacer las cosas en grande es pensar en pequeño, no en estabilidad, sino en enfoque.
Para mí, bajo mi experiencia, la barrera reside en el abismo, el golfo entre los disruptores y la multitud. Puedes saltar el abismo con intención, pero solo después de haber tenido éxito complaciendo a los disruptores.
Aquí hay dos preguntas fundamentales para ti/tu negocio: ¿Cuál es la diferencia entre lo que tus disruptores quieren y esperan, qué es los que quieren y esperan los clientes que pertenecen a la mayoría?
Otra pregunta extra: ¿Y qué pasaría si empiezas de verdad a maravillar a la gente que quiere ser maravillada por ti? Cuéntame.
Crea algo que encante a las personas que buscan lo nuevo. Dales algo de lo que puedan hablar. Después de eso puedes saltar el abismo fácilmente. ¿Cómo? Creando algo que funcione, algo creíble, probado y acertado. Esa es la razón por la cual estoy desarrollando el Programa de Alto rendimiento Holístico, algo sin precedentes que verá la luz a mediados de 2020. Si quieres participar cuando llegue el momento, contacta aquí y únete a la lista de espera (1.674 personas disruptivas y contando…)
Atribución imagen: MarkNYE.