Tener un mal día es perfectamente ok

un mal díaAyer fue un mal día. No tenía ganas de levantarme, a las 8 am sonó el despertador y me apetecía hacer nada. Quizás tenía sueño o quizás era sólo una excusa para no hacer lo que debía hacer y quedarme así en la cama evitando el mundo que se abría ante un nuevo día. A las 10:30h seguía sin ganas de levantarme, no me apetecía ver el lado optimista de las cosas, pasaba de hacer que las cosas sucedieran y me importaba poco crear cambio. Mejor otro día, no sentí que fuera el momento.

Un Mal día (desconectado)

Después de varios intentos traté de convencerme a mi mismo que ya estaba bien. A las 11 am en pie, desganado, sin ritmo, lento, con ganas de volver a acostarme de nuevo, no estaba cansado, me apetecía desconectar del mundo. Estaba seguro que este día no era para mi.

Ignoré lo máximo que pude cualquier conexión con el mundo online y bueno, también offline. A las 13h tenía una reunión, la cancelé. Abrí la bandeja de entrada de mi email y a los 30 minutos la cerré, a pesar de que sentía la obligación moral de contestar todos esos emails, responder a comentarios, hacer esas llamadas y estar disponible, sentía la necesidad de tomar el control del día y rechazar el mínimo input que viniera de ahí fuera.

Hoy es día para el dark side

Las tareas y responsabilidades profesionales – y algunas personales – se agolpaban en mi libreta, al mismo tiempo me daba cuenta de cómo esto podría ejercer una presión psicológica sobre las decisiones que tomara después. Era un factor determinante que podría llevarme a la ansiedad, la de no acabar, la de no hacer el trabajo importante, la de no estar al frente y mancharte las manos. Afortunadamente recordé que la ansiedad no es más que miedo del miedo.

Ni siquiera estaba en la onda de hacer deporte, incluso aunque me empujará a una sesión doble de 30 kilómetros de series en bici y 7.5 kilómetros de series carrera. Aún así me empujé y lo hice. Lo necesitaba.

Igualmente, algo parecía no funcionar, bien, era un día para el dark side.

Objetivo: ninguna parte

En lo profesional, cancelaban dos nuevos proyectos en los que iba a empezar a trabajar, me comunicaban desde FastCompany que no iban a publicar mi primer post (intento número 10), ya confirmado para publicar hoy día 9 de abril, porque finalmente no reunía los estándares necesarios. Veo cómo otros proyectos no acaban de despegar y olvido que hay personas que como cada día siguen esperando tu empujón para dar un paso al frente. Dejo pasar algunas interacciones, envío algunos emails demasiado duros y contundentes y me muestro inquietantemente intratable. Fallo a algunas personas que hay a mi alrededor. Cambian las condiciones y resultados de una muy importante reunión que hoy tengo en Madrid. Aún así, hay que seguir.

El objetivo de hoy estaba claro, viajar a ningún lugar, quedarme en el mismo sitio donde estaba. Ser poco fascinante. Ayudar cero. Trabajar sin mucho sentido.

Es ok abrazar la negatividad

Ahora a las 00:03, estoy escribiendo las líneas de un post que ni siquiera me apetecía empezar. Pienso que debería no haberlo escrito, no por no contarte todo esto, no, contarte la historia en mi cabeza me apasiona. Sino porqué quizás, volver de nuevo a la cama era la mejor manera de deshacerme de un mal día. Sí, es ok no enfrentarme a un mal día, no es un mal ejemplo es algo que le pasa a cualquier persona.

Un mal día, claro. Aunque vivamos en tiempos increíbles, siempre hay sitio para un mal día, o dos. Puedes permitírtelo, quizás disfrutarlo y adueñarte del derecho a vivir un mal día. Afortunadamente la vida es imperfecta.

Tener un día de m***** es perfectamente ok – mientras que encuentres el equivalente a 200 sensacionales.

Photo credit: Jo Gemmell.

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32 comentarios

  1. Deliciosamente Imperfectos, así debe ser.
    De un mal día has escrito un BUEN Post.
    Gracias x compartirTE ( siempre)
    #nomap

  2. Interesante post, sí señor. Y lo curioso es que no tengas más días de estos. Para mi eres un máquina Isra, pero sigues siendo humano y tener días más tristes, de fallo o de bajón es lo que te convierte en persona. Lo importante es lo que has dicho, conseguir que esa sensación dure el menor tiempo posible y la menor cantidad de días, pero son necesarios por naturaleza, igual que estar tumbado todo un día después de una gran semana intensa -o varías- de trabajo, diversión, deporte o lo que sea. Hacer el trabajo que importa es necesario, al igual que también lo es dedicar (de vez en cuando) a descansar cuerpo y mente para recargar energías. Un abrazo fuerte

  3. Sabes? La gente que te quiere y a la que importas, te permiten y perdonan una mala contestación o un mal día, incluso antes de que les pidas perdón. Es lo bueno que tiene ser una persona comprometida, que aporta y amigo de sus amigos como tú. Así que permítete tú tener un mal día también, como dices, es perfectamente Ok.
    Es lo que tiene ser humanos…

    Besos!

  4. Uno de los mejores posts que he leido de ti. Me ha flipado y me he sentido identificado con algunas cosas que describes a partes iguales. Gracias por recordarme todo esto que me has recordado.

  5. Hola Isra. ¡¡Vaya!! Si que siento que ayer fuera un mal día para ti. También lo fue para mi. Me pasó tres cuartos de lo mismo pero ya estoy un poco harta de perderme la vida. Creo que es necesario pasar por esos días y luego tirarlos a la papelera. Sinceramente, me siento un poco mal de estar tan charlatana en tu blog pero es que me das pie y ayer pusiste el dedo en la llaga. Adelante Isra. ¡¡Eres guay!!

  6. Eso es lo que te hace sentir humano Isra!

    Algo así me pasó hace poco y me salió esto…

    espero que te ayude!

    un abrazo y mantente humano!

    FD: Pepe

  7. Me alegro de que resuene Aitor. Con el tiempo aprendes a disfrutar de los días malos y no dormirte hasta que se convierten en buenos.

  8. Intentaré controlar la fricción para que, si es posible, no acabes odiandome. Tu video del ceei de 2013 es una pasada, me ha encantado. Hacen falta más personas como tu y no son fáciles de encontrar. Piensalo cada día cuando te despiertes… la revolución no espera y tu haces un gran trabajo, uno importante, si encima te da pasta pues mira que suerte.

    Me temo que seguiré dándote la vara a no ser que me expulses, es de familia, somos cansinos, mi hija también lo ha heredado pero tiene un punto adorable. Orgullo de madre. Tenía que meter la cuña. Ya está. Me voy a currar.

  9. Tener un mal día… Si fuera solamente uno. A todos nos ha pasado algo igual. Recuerdo hace poco más de un mes cuando pasaba por una mala situación familiar y, a la vez, económica. Lo vas dejando pasar día tras día hasta que una mañana te levantas y te encuentras sin ganas de moverte, sin ganas de hablar con nadie e incluso con ganas de dejar tirado tu propio blog.

    Es inevitable pasar por malos momentos. Aunque vivimos en tiempos increíbles y rodeados de personas más increíbles todavía, un día la presión puede vencer a todo. La clave se encuentra en admitir que este mal día simplemente es algo pasajero y que, desde ese mismo instante vas a hacer todo lo posible por seguir viviendo de manera increíble.

    Un mal día lo tiene todo el mundo. ¡Mucho ánimo crack! ¡Nos vemos!

  10. «Disruptivo e imperfecto, Isra García» comencé a seguirte el día que leí esto en un tweet, me gustan las personas con estas características, para mi es una importante cualidad de la gente creativa, original. Los días: unos te mueven el piso, tanto que no te alcanzan las horas, otros son días de bajón, de esos que no quieres hacer nada, claro está Ok, son buenos para armonizar, para alimentar la inspiración, parte del imperfecto equilibrio necesario.

  11. Sí, todos tenemos días malos.

    Fíjate que creo que noté que no estabas teniendo tu mejor día por cómo me respondiste un DM de Twitter poco antes de que escribieras este post.

    Es OK, todos tenemos días complicados. Espero que ya estés mejor.

    Pero hoy vas y me mandas vía Saray eso que te pedí: muchas gracias, de verdad.

    Creo que es fantástico que cuentes que todos podemos tener un día «depre» como el tuyo, porque muchas veces la gente piensa que todo es de color de rosa en la vida del blogger.

    Y la verdad, pocas personas cuentan sus «días oscuros», todos tendemos a publicar el «lado bonito de la vida».

  12. Acabo de leer tu post, de leer como hablas de tu mal día, y está claro que aceptar que estos existen, y atizan fuerte, nunca es fácil cuando uno tiene tantas cosas por delante y no es esa su forma de manejarse.

    Por mi experiencia, de pronto, te vas dando cuenta que sí, que esta ahí, y que todos los recursos que tienes para luchar contra el, poco tienen que hacer.

    Así que toca asumir, y a pesar de encontrar cierta mejoría al hacerlo, uno sigue revuelto. ¡Coño!, pues habrá que aceptarlo, y ahí es cuando de pronto, el mal día continua siendo mal día, pero que diferente se siente todo. Dejemos que fluya.

    Me alegro mucho que compartas esto Isra, siempre es bueno decir, «ey, yo hago que las cosas sucedan, y en ocasiones, debo dejar que sucedan sin mi»

    Muchas gracias por el post

    ¡Un abrazo!

  13. Malos día, malditos sean…siempre los hay y todos los tenemos… lo que nos hace grandes es reconocer que existen y que, aunque nos cieguen durante unas horas, somos capaces de vencerlos, de callar nuestra voz interior y decirle, «ahora te callas que aquí, mando yo!», de convertir los pensamientos negativos que nos abordan, en positivos, pensando en todo el camino que llevamos recorrido y todos los pequeños y grandes logros que hemos conseguido, que ni pensábamos que algún día sentiríamos!! Pero hasta de los días de m******* se aprende, de algunos más que otros, pero ánimo que somos humanos e imperfectos…(menos mal!!) jijiji
    Saludos!

  14. Gracias por compartirlo. Después de leerlo, me dieron ganas de decirte ánimo, los días son oscuros porque no levantamos las persianas.
    Pero me di cuenta que yo llevaba unos días igual y tu post me ha dado la fuerza de levantar la mía. Así que gracias de nuevo por compartir.

  15. Cuando tengas un día así, me llamas y te abro un par de espumosos 🙂

  16. Este post te ha hecho más humano. Me he sentido más cercano a ti que nunca, y me ha hecho darme cuenta más que nunca que puedo hacer grandes cosas como tu. Has tenido la generosidad de mostrarnos que los grandes también tenéis días como el resto de los mortales. La mayoría eso lo quieren esconder, y el hecho de que tu lo exteriorices creo que aporta un gran valor muy grande y es de una gran generosidad por tu parte. Nos enseña que incluso a los mejores les cuesta. Que no hay ninguna barita mágica, y que todos podemos.

    Gracias.

  17. Los únicos superpoderes que tenemos son los que nosotros mismos creamos Oscar. Destacar depende de nosotros, caer, en la mayoría de casos, también.

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