El concepto de unidad unifica la luz y la oscuridad, el bien y el mal, el Ying y el Yang, la ratificación y la contradicción…
Hoy todo funciona, mañana algo ocurre y casi nada vuelve a ser igual.
Tu marca es la número uno en el mercado, mañana aparece un nuevo competidor y pasas a un segundo puesto perdiendo cientos de miles de clientes.
Hoy estás hundido, llevas siete meses sin empleo, mañana te llaman de una de las entrevistas que realizaste y te ofrecen la mejor oportunidad que has obtenido hasta ahora.
Hoy tienes un dolor de cabeza infernal, mañana estás celebrando la vida con tus amigos en el bar.
Eres feliz, estás pleno, te despertaste sonriendo, solo positividad y optimismo, pones tu canción favorita, bailas, empiezas el día como un campeón. Sin embargo, mañana te despiertas y desearías no haber nacido.
Hoy no sabes por qué, pero inexplicablemente todo sale mucho peor de cómo lo habías planificado, pero mañana todo sale inmensamente mejor de lo que esperabas.
¿Qué es lo que sucede aquí? Simplemente nada, no sucede nada extraordinario. Bienvenido al flujo de la vida.
Queremos luz, pero no la oscuridad que hace posible esa iluminación.
Queremos colores vivos, pero no los colores apagados que se necesitan para hacer los primeros.
Queremos lo cierto, pero no lo incierto que aparece para que podamos saber qué es verdadero.
Queremos lo bueno, pero no lo malo que viene implícito en el bien.
Queremos el placer, pero no el dolor que lo acompaña.
El concepto de unidad es la realidad tal como es
Vivimos cotidianamente en una ilusión entre opuestos, por eso necesitamos poner énfasis en una experiencia directa e inmediata de la realidad, una realidad no evidente que no se aprende tanto como conclusión de una serie de pasos en un proceso de perfeccionamiento progresivo, que nos acercaría un poco a la verdad, cuanto mediante la adopción de la perspectiva justa, como el resplandor fulgurante del relámpago, rompe la oscuridad de la mirada rutinaria de lo que es.
Cuando se abandona la idea del dogma entendido como apropiación excluyente de la verdad, surge la riqueza del significado, la pluralidad infinita del sentido. Ahí es posible encontrarse, incluso, con la ambigüedad o los sentidos contradictorios, experiencia ante la que no habría que experimentar más temor que rendirse ante la propuesta de una incuestionable univocidad de lo real.
La realidad es que lo que es, es solo lo que es, ¿eres capaz de ver la oscuridad y la luz a la vez como un todo?
Como el maestro Gutei decía cuando levantaba el dedo “todo es uno”
Por ese motivo hoy entro en un retiro de oscuridad de 3-4 días en Castellón, para experimentar “la realidad” desde el otro lado. Gracias a Samara del Valle por tan generosa invitación. Nos vemos en unos días, seguimos experimentando y ahondando en lo que importa.
Atribución imagen: malavoda.