Seguro que te ha pasado alguna vez: un día llega alguien y te pregunta como estás. No sabes muy bien que decir, destrozado, feliz, perdido, realizado o qué sé yo. Hay tantas emociones que pueden encajar en una pregunta tan generalista, predeterminada y en muchas ocasiones sin intención, que obviarla podría ser la
solución.
¿Cómo estás? 2 alternativas
Te voy a decir lo que a mi me funciona cuando esto sucede. Cuando alguien me pregunta «¿Cómo estás?», tengo dos alternativas:
1. Contra-preguntar, ¿Cómo estás tú? Y entonces seguir con una pila de preguntas, que finalmente me permiten saber cómo está realmente esa persona. Y si su pregunta era un mero formalismo o una manera enrevesada de acabar contándome aquello que necesitaba soltar de alguna manera y no sabía muy bien cómo.
2. Busca una respuesta excelentemente poco usual, que realmente exprese la sensación que vivo y que bueno cree un impacto considerable en la persona que pregunta. Algo como esto (ejemplo real): «Enamorado del presente, despreocupado sobre el futuro, viviendo en exceso, saltando alto, apasionándome por la gente que amo, arriesgando como si el mundo terminara mañana, abrazando la incertidumbre y permaneciendo ciego a lo imposible».
¿Y tú? ¿Cómo estás?
Photo credit: Mike Rastiello.
4 comentarios
No es mía, pero esta respuesta me gusta mucho:
Bien; pero si quieres, entramos en detalles.
Me gusta tanto el artículo como el comentario del compañero #Jerby que siempre está en todo 😉
Un saludo!
Gracias Nerea. Coincido con tu comentario sobre #Jerby y sobre su comentario. Bueno.
Qué post más simpático¡¡
Un amigo mío respondería al qué tal: «preocupao de lo bien que estoy»