La mayoría de personas no entienden lo que el compromiso de verdad significa. Dar un paso detrás del otro.
Cuando…
- Estás ante una montaña inmensa que tienes que escalar.
- Te enfrentas a tu primer maratón.
- Entras en tu primer trabajo y no sabes de qué va nada de nada.
- Compites contra gente 10 veces más preparada que tú.
- Intentas lograr algo que nadie ha conseguido.
- Trabajas para crear un descubrimiento.
- Te esfuerzas en salir de un gran fracaso.
- Tratas de hacer algo que pensaste que nunca podrías hacer.
- Lanzas tu primer negocio.
Reculas, y te escondes.
Dar un paso detrás del otro, sin parar
Entonces te dices a ti mismo: «guau, no sé si voy a poder hacerlo, no sé si quiero hacerlo«. Esta es la mentalidad habitual, las personas siempre tenemos dudas. Piénsalo, yo las he tenido en muchas ocasiones, las tuve hace unos días cuando recorría las carreteras de Estados Unidos desde Los Ángeles a Burning Man, solo, sin ayuda, sin recursos externos, sin equipo. Sin embargo, la realidad es esta; nunca alcanzarás esa meta a menos de que empieces a dar un paso detrás del otro. Puedes pensar que genial sería montar un negocio, o que bien visto y reconocido sería acabar tu primer desafío extremo, está bien. No obstante, al final del día, es dar un paso detrás del otro lo que importa, día tras días, día tras día, día tras día. De lo contrario, nunca llegarás.
Así que cuando te comprometas – de verdad – a sobresalir en algo, di lo siguiente: «voy a hacerlo, no importa lo que me cueste, no importa el precio. No importa el tiempo que me lleve. No importa cuánto dolor tenga que atravesar, no importa lo que cualquiera diga, mis padres, mi pareja, mis amigos, los críticos. Sí, no importa cuántos obstáculos tenga que superar. Voy a hacerlo«.
Tienes que comprometerte a hacerlo
Visualiza. Planifica. Mapea. Sincroniza. Y muévete. Hazlo.
Llegarán momentos de decepción y desánimo donde te dirás «¿Por qué hago esto?, mis amigos, mi familia, mis compañeros me desaconsejan hacerlo». Es lógico y comprensible, es normal, ¿por qué? Por que cada nivel tiene un demonio nuevo y diferente, intentando disuadirte, poniéndote a prueba y tratando de aplacarte. La meta, saber cuánto estás dispuesto a trabajar para conseguirlo. Esto te ayudará a crecer.
No planifiques y ya.
Tampoco marques en tu calendario y ya.
No hables y ya.
No solo pienses y ya.
Ni sueñes sin más.
No.
Nada de eso importa.
Lo único que importa es que hagas lo que tengas que hacer. Que te levantes, crezcas, mejores y vayas a por ello.
No vaciles
Sé fuerte. Resiste. Sé potente, sé agresivo. En lugar de dejar que se debiliten tus tareas, objetivos y disciplina, utiliza tu fuerza de voluntad para hacer que todo suceda.
No te debilites a causa de ti mismo. Lánzate al juego. Calla esas patéticas excusas que cada día te dices. Da un paso detrás del otro, sin parar, y persigue tu (im)posible.
Recuerda, un paso detrás del otro.