La historia real de un educador que ha dejado de educar para robar sueños

Hace unos días, una lectora de este blog me contó una historia real. Una que tiene que ver con ella, con su hijo y con un profesor que no profesa. Hablamos de un educador que no educa, una historia sobre robar sueños.

La historia dice así… Su hijo Tomás de 15 años, está emocionado con emprender, pero sobre todo con la política. Un interesante y muy capaz muchacho, a quien tuve la oportunidad de conocer en un pequeño curso sobre emprender y sobresalir en la vida para jóvenes adolescentes. El cual fue de los sub-proyectos del las 33 acciones sociales que lancé para mí 33 cumpleaños.

Tomás y sus ganas por cambiar las cosas

Según me explicaba su madre: «Tomás escucha todo el tiempo programas de debates y me persuade para que lo lleve a los mítines de cierto partido político. Lo cierto es que le gusta, le nace desde dentro, parece que es su pasión, el poder mejorar la vida de otros. Cosa que aunque parece increíble, ha acarreado problemas en el instituto”.

Espera un segundo, supongo que pensarás que tiene que ver con los compañeros de clase. Me refiero a ese tipo de bullying y esas cosas, pero no, el asunto es todavía más grave.

Cuando una ideología te deja ciego ante el mundo

Según contaba su madre, ha tenido que tomar medidas serias, porque resulta que el causante de una especie de bullying a Tomás, es el propio profesor quien ha soltado comentarios totalmente inapropiados, además de gritarle al niño, según explica la madre. Y todo por su inclinación partidista y fervor político. Esto parece suceder porque el profesor no está de acuerdo con que un niño de 14 años, se ponga una pulsera del partido con que siente que comparte ideales.

Su madre, incluso me contaba que lo último que ha pasado, hace unos días, es que este profesional de la educación instó a Tomás a que se quitara la pulsera. Entonces el joven le preguntó por qué, y este docente argumentó que no podía hacer propaganda electoral en el colegio ni en clase. Tomás, valiente y convencido dijo que no se la quitaba, entonces el profesor amenazó con ir a dirección para que le obligarán a quitársela.

Algunas reacciones del «educador” al respecto:

  • “(El partido en cuestión) es una p___».
  • «Todo lo que pasa en el mundo es culpa del capitalismo…»
  • También llamó a Tomás «Machista cultural” (porque el niño le había preguntado si fulana no significaba p___).

Al comentar este problema en casa, los padres organizaron una reunión con el tutor. Fue entonces cuando el profesor empezó a gritar al chaval por lo que eso podría suponer para él.

un educador que no está preparado para educar

Un educador sin valores, ni agallas

La cosa más interesante, es que esta persona no tuvo el valor para acudir a la reunión y enfrentar un asunto de estas características de forma humana, honesta, íntegra y transparente.

La madre escribía en el email «no, no puede decir lo que quiera porque se le supone educador. Un educador no amedrenta, no grita ni intenta adoctrinar. No está ahí para eso. Si en la educación estamos llegando a estos extremos realmente estoy asustada. Lo que nos queda a los padres es enseñar coherencia a nuestros hijos, porque si en un instituto actúan de esta forma, no sé qué es el resultado que puede salir de ahí…”

Y continuaba «creo que los padres ante esta «mala educación», somos los que tenemos también que empezar a actuar. Los padres, a veces por falta de tiempo, dejamos pasar las cosas como simples anécdotas. Y como dice «El arte de educar«, nuestros hijos miran hacia donde nosotros estamos mirando, por eso la emergencia educativa no está en ellos, está en nosotros”.

Un educador que roba sueños no es educador

Sobre esta persona no hay mucho que decir. Cada uno tiene los que se merece, él sabrá el precio que está pagando por su ignorancia, aturdimiento mental y bloqueo emocional. Alguien mejor equipado y preparado debería relevarle, y entonces que pudiese ser orientado hacia su verdadera vocación, si es que la tiene.

No podemos hacer leña de un árbol caído. Ni tampoco pagarán justos por pecadores, pero esto es los que ha sucedido. El hecho es innegable, el impacto es tremendo, y la responsabilidad demasiado importante para ser soportada por un educador con tal nivel de mediocridad, mezquindad, incoherencia, egoísmo e insensibilidad.

Si queremos una mejor educación, empecemos por ser personas íntegras. Luego continuemos por ser extremadamente exigentes, a nivel de excelencia humana y profesional, con quién va a liderar a nuestras más jóvenes generaciones.

Un mensaje para Tomás

Lo importante va para Tomás, sigue proyectándote hacia lo que te mueve, y no dejes que nada ni nadie te detenga. No permitas que ellos conviertan sus limitaciones y lastres en los tuyos. Estamos ahí, a tu lado, apoyándote, siempre.

Nadie puede robar nuestros sueños, no hay persona en el planeta tierra que tenga el derecho de hacer algo así. Y quien se atreva a hacerlo pagará por ello con el mayor de los males, el arrepentimiento.

Son los profesores los que tienen que potenciar el potencial de un niño sin importar de donde vienen, quiénes son, cuánto tienen, ni que estén alineados con su sistema de valores o no.

Esa es su labor, y viene con una empatía descomunal por defecto, y si no, no pueden educar.

Atribución imagen: Maryland State Ed Association.

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