… Inequívoca de que quiero ser de los tuyos, o tú quieres ser de los míos. Es el marketing de la confianza, el marketing que solo puede girar entorno a las suscripciones.
¿A quién estás suscrito?
¿Y quién se suscribe a ti?
Estas preguntas tan simples determinan qué es lo que sabes y qué es lo que aprendes. Y además, influencian que un producto, iniciativa social, proyecto educativo o marca personal, tenga éxito. Decide incluso si hay vidas que serán cambiadas o no.
Los grandes hits son una pasada. Los lanzamientos históricos, las fechas límite donde una acción creativa rompe el mercado, las victorias legendarias… Cualquiera de nosotros como marketers o creadores, firmaríamos algo de esto, sin duda. Sin embargo, lo que funciona son las suscripciones.
La prensa ha descubierto el sabor amargo de la otra parte, sin suscriptores no pueden hacer su trabajo correctamente. Las voces online que eran seducidas por la promesa de una audiencia masiva, están volviendo al hecho esclarecedor de que el núcleo de su negocio, reside en la habilidad de entregar su mensaje a las personas que quieren recibirlo. Buscar a quien te busca, encantar a quien desea ser encantado, entretener a quien desea ser entretenido por ti, rendirte a quién está ahí por ti. Ese es el único marketing que de verdad importa.
El marketing de la confianza: suscripciones
Amazon, Apple, HBO, Netflix, Youtube, UCG, Flores Para Todos, Try The World… Todos ellos ponen en el centro lo que interesa, las suscripciones. Estas sacudidas (aquí la suscripción) no existirían sin personas como tú que confían en mí lo suficiente como para leerlas cada día.
Considera el ejemplo de las ONGs. Si recaudan dinero de sus donantes, lo hacen casi siempre en diciembre, o gracias a un gran evento externo. Y la mayoría de gente que dona, no lo vuelve a hacer. Fuera de la vista, fuera de la mente. No funciona.
entonces bordémoslo:
¿A quién te suscribes y por qué? ¿Cómo recompensarlos y cómo aprovecharlos mejor?
¿Quién está suscrito a ti? ¿Cómo premiarlos y cómo serles de más utilidad?
Atribución imagen: Mike Cohen.