Y acabarás en lo profundo del abismo.
Algo muy interesante sobre lo que significa estar vivos es que no es fácil conseguir lo que deseas. No es fácil hacer algo épico, crear un legado, cambiar tu historia, lanzar un negocio que funcione, ser un gran creativo o publicista o vivir el sueño que persigues.
La otra cosa más interesante todavía es que no puedes ganar siempre.
Acabarás en lo profundo del abismo
Seguro.
Hay un punto, en algún momento, donde la fortuna va a decidir golpearte. Algunas veces, quizá la mayoría, de forma suave. Sin embargo, llegará un día donde te golpeará brutalmente. Sin piedad.
- La persona que amas no te ama, o te abandonará – o morirá.
- Te despiden del trabajo de tu vida. O te despiden justo en el momento más dulce, o que más lo necesitas.
- No encuentras trabajo (aquí la solución), llevas meses en el paro, años ya. Tienes que volver a casa de tus padres, pedir ayuda para comer.
- Te detectan un tumor cerebral.
- Un familiar o mejor amigo muere en un accidente de tráfico. O pierdes a casi toda tu familia en una tragedia.
- Pierdes toda tu fortuna por una estafa, o una mala apuesta en negocios.
Hazte una idea de todo lo que va (o puede) suceder.
Va a haber un punto en tu vida en el que vas a caer a lo profundo del abismo.
Estarás paralizado.
Te preguntarás “¿Por qué?”. Bien, ese por qué puede destruirte por completo. Cuando te preguntas “¿Por qué yo?, ¿por qué no otros?” estás cometiendo un suicidio emocional.
Te dices, “Si soy una buena persona…”, “nunca hice nada malo para merecer esto”, «¿por qué la vida me golpeó tan duro?” Tengo la respuesta:
Porque eso es vivir. La vida es injusta. Caprichosa. Incontrolable.
Tocar fondo es el principio de una vida digna
Pero escucha esto otro, una vida gloriosa no se mide por los días en los que el sol brilla, sino por los días que pasas en la oscuridad. Los días de tempestad. Y si no puedes absorber esto último, nunca te encontrarás con lo que es la victoria.
A veces, como principio del caos, es necesario que las cosas se destruyan para que otras nuevas se construyan.
A veces, tendremos que andar por el camino más infernal, para llegar al lugar más celestial.
Tienen que haber malos días, tienen que haber días oscuros. Y tienes que rendirte a ellos.
Porque eso es justamente lo que te hará fuerte, cuanto más los enfrentes, más resistente todavía. Quizá llegue un día donde seas inmune a todas estas desgracias, pero no ocurrirá sin antes haber tenido que haber caído en lo profundo del abismo en muchas ocasiones.
Una vez te des cuenta de que en lo más profundo del abismo hay la misma luz que en el sol, entonces, no dejarás de emerger.
Nunca verás el propósito de la tormenta hasta que veas el crecimiento que causó.
Nunca entenderás por qué fuiste a través de lo que pasaste, hasta que veas la fuerza, el poder, la resiliencia, persistencia y estoicismo que se ha cultivado dentro de ti.
Nos vemos pronto, en lo profundo del abismo.
Atribución imagen: Mark Seton.