Porque ese es el truco, es solo entrenamiento, nunca dejar de entrenar, ese es el atajo:

Mientras otros duermen, nosotros estamos experimentando.

Mientras otros comen, nosotros intentamos cosas nuevas.

Mientras otros ven series, nosotros probamos cosas improbables.

Mientras otros atienden eventos sociales, nosotros prototipamos.

Mientras otros se pierden en las redes sociales, nosotros nos desafiamos a nosotros mismos.

Mientras otros tratan de llamar la atención, nosotros estamos dándonos cuenta de que no sabemos apenas nada.

Mientras otros se quejan, nosotros bailamos con lo que la vida nos lanza.

Sea lo que sea lo que quieras desarrollar o hacer, me temo que vas a necesitar horas y horas de entrenamiento. Así que no dejes de entrenar para ti, para la vida, para morir, para respirar, para lo que sea. Nunca dejar de entrenar.

Lo que no logras, en ocasiones viene porque no era el momento, sí, pero la mayoría de veces ocurre porque no insististe lo suficiente, no pusiste tiempo, esfuerzo, determinación y consistencia.

Solo tienes que entrenar, nunca dejar de entrenar

La mayoría de los que están leyendo esto, podrían empujar su vida durante 30, 60 o 90 días, pero ¿cuántos de vosotros podríais hacerlo por uno o dos o tres años seguidos?

Muchas personas se lamentan de no tener la disciplina, perseverancia o consistencia necesaria, pero eso es solo la historia que se cuentan. Saben que cuando el gran dolor y sufrimiento vengan, ellos van a fallar, que van a abandonar, que van a aflojar, que van a desacelerar. No, es ahí cuando hay que levantarse más temprano, poner más énfasis, prestar más atención, hacer más deporte, comer todavía mejor, y alegrarte con cada caída, crítica o derrota que experimentes.

Soy consciente de que no soy el más rápido, el más inteligente, el más atractivo, ni el mejor, ni el más exitoso o popular, ni nada de esa bazofia. Sin embargo, aquí estoy, abriendo las puertas de la libertad, la plenitud y la alegría interior. ¿Por qué? Porque he seguido persistiendo, experimentando e intentando hasta día de hoy. Soy esa persona que no para, que no tiene un porqué, que no tiene que sentirlo ni pensarlo, soy esa persona que va a por ello una y otra vez, la persona que sabe que respirar y accionar van unidos.

Cada día, sin que nadie mire, desde que amanece hasta que anochece. Solo, he hecho el trabajo que había que hacer: entrenar, escribir, desarrollar, lanzar, crear, experimentar, desarrollar, formar, estudiar, educar, divulgar, grabar, jugar, practicar, competir.

Cuando haces eso día sí y día también, es solo cuestión de tiempo, de que tu habilidad colisione con una oportunidad para mostrar cuál es el fruto de tu práctica, eso es lo que llamo suerte. Eso es lo que el éxito es, nada subjetivo.

Es todo tú.

Ni eres mediocre, ni ordinario, eres lo que tu decides ser a partir de tus propias acciones (o no-acciones). El mundo no lo decide, tú lo decides

Acabo así: no necesitas el permiso de nadie para ser genial, el único permiso que necesitas es de ese genio que ves en el espejo todos los días. 

¿Qué es lo que vas a hacer al respecto? ¿Vas a entrar a Instagram a motivarte con alguna historia de algún motivador, coach o emprendedor? ¿O no me digas que vas a inscribirte a otro webinar para comprar otro programa de éxito, productividad, ganar dinero o ligar con garantías?

Lo siento, el ingrediente secreto ya no existe.

Nunca dejes de entrenar, que estas palabras te persigan hasta en tus sueños, incluso mucho después de haberme marchado.

* Atribución imagen: Official U.S. Navy Page.